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El Gobierno anunció ayer un aumento del precio del gas en boca de pozo a 7,5 dólares por millón de BTU. El alza se aplicará para la producción excedente de los niveles actuales de generación. El anuncio fue formulado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante la clausura de la 18ª Convención Industrial de la UIA. En principio, la nueva medida beneficiará a YPF aunque sería extendida hacia otras compañías.

La suba del precio en boca de pozo representa aproximadamente un doscientos por ciento por encima del valor corriente, y tiene por objetivo reemplazar el gas importado por fluido de producción local. “Entre pagar 3500 millones de dólares al exterior o pagarlos aquí, es más conveniente esta segunda opción. Se trata de una cuestión de inteligencia”, afirmó la mandataria, quien agregó: “El Gobierno le reconocerá al resto del mercado el mismo precio de 7,5 dólares por millón de BTU, tal como se acordó con YPF. A cambio, se les exigirá a las empresas inversiones y volumen”.

Hasta ahora, los productores locales percibían en promedio 2,3 dólares por millón de BTU, con picos de hasta 5 dólares por el denominado Gas Plus. El gas importado de Bolivia llegó a pagarse entre 12 y 13 dólares. “Este recurso es necesario para el desarrollo de la industria. Teníamos que sustituir el gas importado y para eso había que desarrollar las reservas que tenemos, tanto las convencionales como las no convencionales”, manifestó Galuccio. El director de la petrolera agregó que dentro del plan de negocios presentado para atraer inversiones, una de las variables clave era una recomposición de los precios en boca de pozo. “Esto se traduce en más ahorro y en la generación de nuevos puestos de trabajo”, agregó.

En el auditorio convocado por la UIA para escuchar a las presidentas Dilma Rousseff y Fernández de Kirchner, se encontraban representantes de empresas brasileñas que operan en la Argentina, entre ellos directivos de Petrobras, que hoy produce cerca del diez por ciento del gas argentino. También había directivos de Apache.

Por otro lado, durante este encuentro, el ministro de Planificación, Julio De Vido, mantuvo una reunión bilateral con Fernando Pimentel, ministro de Desarrollo e Industria de Brasil. Ambos funcionarios analizaron la posibilidad de que el Bndes financie obras de infraestructura en el país. Puntualmente, se habló de las empresas brasileñas que compraron los pliegos de licitación para la construcción de dos represas en Santa Cruz –-Néstor Kirchner y Jorge Cepernik–, que podrían apalancar su inversión con los fondos del Banco de Desarrollo del país vecino.