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“Si de algo estamos seguros es de que el pueblo argentino nunca va a optar por el modelo que propone (Mauricio) Macri”, respondió el ministro de Planificación e Inversión Pública, Julio De Vido, a los dichos del jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de esta semana. “Espero que nosotros no sigamos nada de él”, había dicho Macri, tras la muerte de Hugo Chávez, refiriéndose a los afiches que valoraban el ejemplo del presidente venezolano y su aporte al bienestar de su pueblo.

Sobre “el modelo que propone Macri”, comentó De Vido en la respuesta que ayer dio a través de un comunicado, “ya se sabe que sólo trae exclusión y pobreza para muchos, al tiempo que concentra las riquezas en pocas manos”. Macri, en cambio, había sido ecléctico al definir su propuesta, como suele hacerlo, en la misma oportunidad en que se refirió despectivamente a la figura de Hugo Chávez en la semana de su de-saparición física. “Hay que imitar el ejemplo de Dilma Rou-sseff en Brasil, Chile en los últimos veinte años o lo que está haciendo Perú”, consideró Macri, procesos a los que extrañamente ubicó dentro de un mismo sendero. “Lo peor es que estos carteles (los afiches a favor de Chávez) los pagamos entre todos”, remató quien ahora confiesa sentirse más cerca de Roberto Lavagna.

Marcando las diferencias, Julio De Vido apuntó ayer que “nuestro Gobierno es un profundo admirador del proceso de transformación que impulsó en Venezuela el comandante Chávez, pero somos un país soberano en el que la Presidenta (Cristina Kirchner) toma las decisiones en base a la defensa de los intereses nacionales y conduce nuestro propio modelo de crecimiento con inclusión social”.

“La República Bolivariana de Venezuela ha sido siempre muy solidaria, no del Gobierno sino del pueblo argentino, ya que en circunstancias en las que las petroleras locales no entregaban combustible o nuestro país tenía cerradas fuentes de crédito por impulsar su desendeudamiento, ofreció su ayuda de manera desinteresada, consolidando una integración y complementación entre dos países que casi no tenían relaciones bilaterales”, recordó el ministro, y agregó que “se ve que la palabra solidaridad no está en su diccionario (en referencia a Macri), porque no sólo no la comprende sino que tampoco la practica”.