Las cooperativas de trabajadores a cargo de empresas recuperadas y los productores familiares de alimentos participaron, este fin de semana, de un encuentro en Uruguay con organizaciones de ese país para debatir sobre los caminos que han ido recorriendo para sortear las dificultades que plantea una economía de mercado que, en muchos casos, los rechaza o los aísla. En ese marco, dirigentes de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) y de la Federación de Organizaciones de Productores de Alimentos (Fopal) fueron invitados por el presidente José Mujica a compartir un almuerzo y a contarle sus experiencias de autogestión. Ayer por la tarde, tras el almuerzo en la residencia presidencial de Parque Anchorena, todavía sin haberse recuperado de la sorpresa, los participantes relataron a Página/12 sus principales conclusiones del encuentro. “Mujica y su esposa (la senadora Lucía Topolansky) nos transmitieron que, para ellos, la economía de autogestión es una opción para superar el sistema económico actual, no solamente un paliativo; por eso tienen una política pública muy activa en apoyo de empresas autogestionadas. Lo compartimos y esperamos recoger esa experiencia”, dijo Fabio Resino, vicepresidente de la CNCT, a este diario desde Colonia.

Los dirigentes de cooperativas de trabajo y de los agricultores familiares de la Argentina que viajaron a Montevideo participaron de la Feria Exposición de Emprendimientos Autogestionarios el viernes en la Plaza 1o de Mayo, frente al Palacio Legislativo. Posteriormente, fueron invitados a compartir un panel de debate con dirigentes locales, del Movimiento de campesinos brasileños Sin Tierra (MST) y autoridades oficiales. Entre ellas, Pepe Mujica. Después de escucharlos, el mandatario uruguayo se interesó en las experiencias de este lado del Río de la Plata y les propuso seguir la charla ayer al mediodía, en torno de un asado, en la residencia presidencial de Parque Anchorena, próxima a Colonia. Y así fue.

Tras escuchar cómo y cuáles son las dificultades que atraviesan más de 300 empresas recuperadas en la Argentina organizadas en cooperativas de trabajadores, Mujica les relató a sus visitantes cómo fue que la autogestión se convirtió en una política de Estado para su gobierno. “Las empresas recuperadas de Uruguay son un modelo que surgió de la necesidad de preservar la fuerza de trabajo en momentos de crisis, pero que nosotros tratamos de inducir como política de gobierno, para que se vaya extendiendo y afirmando un modelo no de solución de crisis eventual laboral, sino un verdadero modelo alternativo de organización de la sociedad productiva”, explicó. En este sentido, remarcó que “este modelo implica la necesidad de establecer políticas de Estado, mecanismos, financiación y hasta la necesidad de contar con un sistema de enseñanza con una universidad propia, porque hay que formar inteligencia para esto”.

El mandatario uruguayo les explicó a los cooperativistas y agricultores familiares argentinos que, en 2011, su gobierno creó por decreto un Fondo de Desarrollo destinado a apoyar a las empresas autogestionadas por medio de créditos blandos. “Este fondo se conforma con recursos provenientes del Banco República (BROU) y ya lleva acumulados 170 millones de dólares”, relató con asombro Resino a Página/12. “Actualmente están destinando 24 millones de dólares a la instalación de una planta de última generación para producir envases de vidrio, para ampliar la producción de una firma autogestionada, Envidrio, que ya se ha visto superada por la demanda”, completó.

Mujica estuvo acompañado durante el almuerzo en el Parque Anchorena por dirigentes de la Asociación Nacional de Empresas Recuperadas por sus Trabajadores, de Uruguay (Anert). “Son muchas menos que las nuestras en número, unas 34 empresas, pero tienen una fortaleza y una presencia mucho mayor precisamente por estas políticas públicas de respaldo”, definió el vicetitular de la CNCT argentina. Además del caso mencionado de Envidrio, se señalaron como experiencias sumamente exitosas las desarrolladas en la impresión y edición de libros, en molinos harineros, así como en la producción de sistemas y equipos de iluminación.

“Son sectores en los que apostamos a una complementación e integración”, explicó Resino a este diario. “La producción de envases de vidrio por empresas autogestionadas de Uruguay puede ser una solución para productores familiares argentinos de tomate, u otros cultivos, que para poder vender el tomate para salsa o mermeladas dependen de un monopolio de los envases, como en Mendoza, que no sólo maneja el precio, sino que elige cuándo y a quién entregar”, denunció. En materia de luminarias, la firma uruguaya Profuncoop “está desarrollando la tecnología led de iluminación gracias a un trato con las cooperativas Mondragón de los Países Vascos, y vemos que en la Argentina hay posibilidades de cubrir las dificultades que tenemos en la inyección de las carcasas de aluminio”, relató el dirigente cooperativista uruguayo Enrique Gaucher, tras conocer la oferta de la firma argentina recuperada Mecacastelar de hacer las carcasas de aluminio para las luminarias que produce Uruguay.

Los invitados argentinos no sólo disfrutaron del cordero asado y del paseo por el parque que guió el propio Mujica. Resino compartió con el resto de la delegación argentina que participó del almuerzo –José Viamonte (Fopal), José Siancha y Martín Azcurra (CNCT)– la primera conclusión que generó este encuentro. “Hoy comenzó un camino de unidad e integración. Se dio un primer paso que había que dar, en un camino que va a ser largo, que no va a ser fácil. La unidad es la única manera de lograr que la autogestión sea realmente una alternativa al sistema capitalista”, se embaló.

Así como otras experiencias buscan avanzar en la integración regional dentro del sistema dominante para eludir el efecto de una concentración económica asfixiante (ver recuadro sobre contratos de pymes con Ecuador), las experiencias autogestionarias empiezan a abrir camino con ambiciosos proyectos que buscan demostrar que se trata de un modelo “posible y viable”.