Domingo, 27 de octubre de 2013 | Hoy
DEPORTES › EMPIEZAN A ASOMAR CERTEZAS EN EL ASESINATO DE FERNANDO “POCHO” MORALES
El crimen del jefe de la barra brava de Colegiales tiene dos detenidos, Martín “El Negro” Cabrera y Alejandro Harry Aranda, empleados del municipio de Vicente López, que responden al secretario de la comuna César Torres. El uruguayo Pablo se mantiene prófugo.
Por Gustavo Veiga
¿Violencia política o fútbol violento? La pregunta todavía genera respuestas difusas en el asesinato de Fernando “Pocho” Morales, el líder de la barra brava del club Colegiales. A dos semanas de su muerte, las certezas van asomando de a poco. Los dos detenidos, Martín “El Negro” Cabrera y Alejandro Harry Aranda, son empleados del municipio de Vicente López y reportan al secretario de Gobierno de la comuna, César Torres. Su superior inmediato, el intendente Jorge Macri, mantiene un hermético silencio. El tercer imputado es uruguayo, se llama Pablo (no se conoce todavía el apellido) y continúa prófugo. El domingo 13 de octubre, cuando la víctima recibió seis balazos delante de su hijo Ian, de 12 años, los tres acusados hacían proselitismo armado para el PRO del distrito. Un concejal del Partido Socialista, el ingeniero Carlos Roberto, tan equidistante del poder comunal como de las simpatías que se le atribuían a Pocho por el Frente para la Victoria, sostiene: “Desde abril pasado, cuando fueron las inundaciones, una patota se instaló adentro del Concejo y algunos de sus integrantes son los que ahora están detenidos”.
Los familiares, amigos, hinchas y barras de Colegiales que hicieron un acto el viernes pasado frente al municipio responsabilizan al funcionario Torres por el armado de aquel grupo de choque. Los más informados, como el presidente de Colegiales, Rodrigo González, señalan al empresario Alfredo Asad como quien habría oficiado de nexo entre el secretario de Gobierno y la dupla Aranda-Cabrera. Aquél, según el dirigente futbolístico y candidato a concejal por el FpV en Vicente López, “fue declarado persona no grata en el club, ya que buscaba llegar por la hinchada, de la forma más sucia, para poner en jaque a la comisión”.
Hay indicios de que el intendente quiere emular a su primo más conocido en la utilización de los clubes de fútbol con fines electorales. Vicente López tiene una oferta futbolera más módica que aquel Boca desde donde Mauricio Macri llegó a jefe de Gobierno porteño. Platense y Colegiales son dos buenos señuelos para hacerlo en la zona norte.
En una entrevista periodística de abril pasado, Pedro Vilariño, el presidente del primero de esos clubes, comentó: “Tengo muchos problemas personales, pero las fuerzas que me dieron Jorge Macri y César Torres me hicieron recapacitar. Macri me bancó y eso hay que resaltarlo. Me devolvió la fuerza. Ahora vamos a trabajar en conjunto para potenciar al club, la idea es ascender a la B Nacional en este campeonato y formar un equipo muy poderoso”. Con un pie en Platense, parecería que a Macri le restaba hacerlo en el club de Munro. La pregunta es: ¿a cambio de qué?
González denuncia: “El Negro Martín Cabrera, hace tres meses, le cruzó la camioneta, amenazó y agredió al jefe de prensa del club, que también hace un programa partidario. Le dijo que si seguía hablando le iba a pegar un tiro”. Néstor, el padre del ahora detenido, “conduce un local del PRO en el centro de Munro”. El dato lo aporta el concejal Roberto. No significa nada respecto del crimen, pero sí de cómo se mueven las fichas políticas en el distrito.
Cabrera (h) y Aranda se trasladaban en una camioneta con material de propaganda de la intendencia el día en que murió Pocho Morales. Esa tarde lo fueron a buscar al barrio El Conventillo, de avenida Mitre y San Lorenzo. El líder de la barra estaba dispuesto a defenderse con un arma blanca. De hecho la usó e hirió a Cabrera. Pero el uruguayo Pablo bajó del vehículo y le disparó tres tiros por la espalda. Cuando cayó, lo remató en el piso. La autopsia probó que estaba muerto cuando recibió el último tiro en la boca.
Páginas web donde los hinchas de Colegiales cuentan sus historias del tablón registran que el enfrentamiento existía desde fines del 2012. Con el escenario futbolero de fondo, Morales era el líder indiscutido de la barra. Con el paisaje político de Vicente López azuzando la interna de la barra, sus enemigos y ex compañeros de tribuna corrían con ventaja. Tanta como la que Macri mantiene en el Concejo Deliberante, donde junto a sus aliados conserva la mayoría.
El concejal Roberto, quien en el orden nacional responde a Hermes Binner y es el secretario general de su partido, se sumó al acto del viernes con velas encendidas frente al municipio. Allí comentó: “Durante toda la campaña de las PASO hubo una violencia creciente, tuvimos algunos problemas pegando afiches, pero esta muerte supera todos los límites. Hicimos una declaración junto a la UCR y el GEN rechazando la violencia y evaluamos la posibilidad de interpelar a Torres. Aunque no existe la figura de interpelar a un secretario de Gobierno, que es la mano derecha del intendente”.
El funcionario cuestionado es el mismo que en diciembre de 2011, cuando apenas asumió Macri en la intendencia, sostenía: “Vamos a recuperar el espacio público para los vecinos y que no tengamos que correr por problemas de seguridad”. Torres proviene de Lomas de Zamora, donde presidió al PRO en el distrito. No tenía historia en Vicente López hasta que llegó a ocupar la secretaría clave de Gobierno.
Desde Munro, al oeste del partido, los vecinos, amigos y barras que reivindican a Morales marcharon hacia la intendencia en dos oportunidades. La primera fue el 17 de octubre durante el cortejo fúnebre y terminó con varios incidentes: un patrullero averiado, periodistas y camarógrafos agredidos. El protagonismo se lo robó la barra brava de Colegiales. Las imágenes recorrieron distintas pantallas de televisión.
La segunda consistió en un acto casi silencioso, donde se encendieron velas y dos centenares de manifestantes pidieron justicia. “Macri: política asesina” y “Renunciá Torres”, se leyó en un par de pancartas. No tuvo la misma repercusión en los medios ni en el propio municipio custodiado por decenas de policías. Tampoco se embanderó el acto con los colores de Colegiales. Había familiares, varias mujeres y una actitud de no confrontación, incluso ante la provocación de un par de transeúntes. Alicia Soria, ex concejal del Frente Grande que acompañó la movilización, gritó de viva voz: “El Concejo Deliberante se metió abajo de la cama, no trató el tema”. La gente la aplaudió.
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