Domingo, 27 de octubre de 2013 | Hoy
EL PAíS › EL VOTO DE LOS JOVENES NO DIFIERE DE LA TENDENCIA GENERAL DE LOS COMICIOS
Los consultores coinciden en que los chicos de 16 y 17, que debutaron en las primarias y hoy volverán al cuarto oscuro, votan bastante parecido a los demás electores. Entre los jóvenes se espera una participación similar a la de agosto, que fue del 80 por ciento.
Por Nicolás Lantos
Después de la experiencia piloto de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, hoy los jóvenes de 16 y 17 años podrán participar por primera vez en comicios para elegir a sus representantes en el Congreso de la Nación. En agosto, casi el 80 por ciento de los cerca de seiscientos mil adolescentes empadronados para votar acudieron a las urnas y se espera que esa proporción se mantenga. De todas formas, contra lo que vaticinaban políticos de la oposición cuando se trató la ley, el llamado “voto joven” no suele variar su distribución respecto de la tendencia general de los comicios, y aun en los casos puntuales donde lo hace, su incidencia (de alrededor del 2 por ciento del padrón) no alcanza a modificar los guarismos finales, aunque la asistencia a votar sea masiva, como lo fue en agosto. En eso coincidieron los especialistas consultados por Página/12.
“Los jóvenes en realidad tienden a votar bastante parecido a los mayores, a lo que es la tendencia de los comicios”, señala Analía del Franco, directora de Analogías. Roberto Bacman, de CEOP, coincide con el diagnóstico aunque advierte que “depende de cada distrito”, ya que “no hay un comportamiento homogéneo” en el marco de una elección donde la dimensión nacional y la local se superponen, complejizando la decisión. Ambos coinciden en que de todas formas “los jóvenes no te dan vuelta una elección” y las tendencias “no modifican los números generales”, ya que “no tienen ningún peso” específico en el padrón.
Según indican los consultores, hay algunos candidatos, como Francisco de Narváez o los de izquierda en la provincia de Buenos Aires, que logran atraer a los jóvenes en mayor medida, en detrimento de otros que no llegan a apelarlos con su mensaje, como Margarita Stolbizer o Sergio Massa. Igualmente, “el proceso electoral de todas las provincias aparece muy definido como para que este segmento, que pesa poco, lo vuelque hacia un lado o hacia otro”, según el director de CEOP. Sí hay, agrega Bacman, una menor tendencia entre los jóvenes de 16 y 17 años al voto en blanco, ya que no pesa sobre ellos la obligación de ir a votar.
Artemio López, de Equis, coincide que el voto de los adolescentes no difiere mucho del promedio del electorado pero agrega una nueva arista a la explicación: “En realidad todo el padrón es joven, la mitad de los que están habilitados para votar tiene menos de 40 años”, indica. Más aún, agrega, con la incorporación de los más jóvenes el 8,6 por ciento del padrón tiene menos de 20 años y casi uno de cada cinco ciudadanos habilitados para votar tiene menos de 25. “Para la mitad del padrón el gobierno de Alfonsín y los ciclos hiperinflacionarios no son experiencias vividas, al igual que buena parte de los noventa”, asegura.
Más aún: “Un cuarto de los empadronados tenía 15 años o menos durante la crisis de 2001 y sus primeros contactos con la política los tienen mediados por el kirchnerismo”, agrega López. Eso explica que, a grandes rasgos, algunos temas que son importantes para los electores de mayor edad, como la inflación, no afecte tanto a los jóvenes, quienes durante este tiempo vieron cómo los salarios crecían siempre a la par que los precios. Distinto es el caso del desempleo, que afecta más a los jóvenes que a los adultos. En otros aspectos, como inseguridad, las inquietudes aparecen a la par, y en la agenda de los sub 18 la educación es un tema prioritario.
A más de un año que se sancionara la ley que habilita al voto de estos jóvenes, el balance para los consultores es positivo. “La incorporación de los jóvenes a la política es un fenómeno contundente en términos cualitativos” que se ve reflejada en la participación electoral, sostiene López. “Al contrario de lo que vaticinaban opositores, no hubo manipulación ni nada similar y los jóvenes votan con tanta conciencia como los adultos”, agrega. “A mí me hubiera encantado votar a los 16 años –intercede Bacman–. Le agrega a la democracia y les agrega a ellos para hacerlos madurar, para que tengan una experiencia importante y se sientan parte del sistema democrático.”
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