Jueves, 5 de diciembre de 2013 | Hoy
ECONOMíA › NEGOCIACIONES CON BRASIL POR EL ACUERDO COMERCIAL MERCOSUR-UNIóN EUROPEA
Los aspectos que podrían afectar el crecimiento y las cuentas externas ocuparon la mayor parte de las deliberaciones entre una delegación que encabezó Marco Aurélio García y los anfitriones, con Capitanich y Kicillof al frente.
Los gobiernos de Argentina y Brasil mantuvieron ayer una extensa reunión a nivel ministerial, en el Palacio de Hacienda, para avanzar en acuerdos sobre diferentes temas comerciales. Las negociaciones para alcanzar un tratado de libre comercio (TLC) entre el Mercosur y la Unión Europea, junto con la posibilidad de renegociar el régimen automotor común durante 2014, ocuparon gran parte del encuentro. La delegación local estuvo encabezada por el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el jefe de Gabinete, Jorge Milton Capitanich. En tanto, la representación brasileña estuvo a cargo del ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, Fernando Pimentel, y el asesor presidencial Marco Aurélio García. El gobierno de Brasil hizo saber que el encuentro también buscó desarticular algunas tensiones comerciales a partir de los recientes cambios en el equipo económico. La conducción económica argentina explicó que no piensa desarticular o flexibilizar el sistema de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), pero reconoce que buscará mejorarlo. En la reunión también estuvieron presentes la titular de la cartera de Industria, Débora Giorgi, y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini.
“La propuesta común para presentar ante la Unión Europea está marchando bien. La reunión fue satisfactoria, aunque todavía quedaron temas pendientes que seguiremos tratando en próximos encuentros”, señaló Marco Aurélio García a la salida de la reunión de dos horas en el Salón Scalabrini Ortiz del quinto piso de Economía. Las conversaciones continuarán hoy por la mañana y, cuando sea necesario, volverán a juntarse en Brasil.
No fue el primer encuentro entre los funcionarios, pero sí el debut de Capitanich y Kicillof como ministros en esos encuentros. Aunque sólo llevan tres semanas en su nueva función, los economistas de confianza del ministro de Economía, como el flamante secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, venían trabajando desde Cancillería en las negociaciones bilaterales.
El TLC entre Mercosur y la UE es impulsado en la región por Brasil. El acuerdo pretende liberalizar el 90 por ciento del comercio interbloque a través de la disminución de las distintas barreras arancelarias existentes. La apertura comercial se daría en un período de entre dos y diez años, dependiendo de los productos. En términos comerciales, el acuerdo no difiere del ALCA rechazado en la cumbre de Mar del Plata, de noviembre de 2005. El nuevo equipo económico y diferentes cámaras empresarias estiman que el TLC generaría un pobre impulso en términos de crecimiento y tendría serias consecuencias distributivas y en la sustentabilidad de las cuentas externas de Argentina y la región. El potencial incremento en las exportaciones estaría concentrado en productos agropecuarios y la industria alimentaria, mientras que las importaciones de bienes de capital reflejarían un fuerte incremento.
Con cautela, el gobierno argentino avanzó en su propuesta para la canasta de bienes que está dispuesto a desgravar, la magnitud para la baja en los aranceles y los plazos para su implementación. En ese proceso, los funcionarios se reunieron con diferentes cámaras empresarias industriales para evaluar los posibles cambios. Ahora comenzaron a negociar con Brasil la “oferta Mercosur” para elevar a la UE.
Durante el encuentro, los funcionarios brasileños y argentinos coincidieron en acelerar la renegociación de la política automotriz regional. Argentina arrastra un profundo déficit comercial sectorial, que es la contracara del fuerte crecimiento del sector en los últimos años. La actividad es uno de los pocos sectores industriales con una estrategia de integración a nivel regional, plasmada en la Política Automotriz del Mercosur (PAM). El objetivo del gobierno argentino es comenzar a revertir el bajo nivel de integración de partes locales.
La renegociación sectorial comenzó este año y debe concluir a mediados de 2014. Brasil y Argentina contemplan la posibilidad de subir el año próximo aranceles para autopartes de extrazona. En tanto, Brasil estaría dispuesto a otorgar beneficios impositivos a los autos con procesos productivos desarrollados en Argentina.
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