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La producción de autos ascendió a 50.904 unidades en junio, con un retroceso de 19,8 por ciento respecto del mismo mes del año pasado, mientras que acumuló en lo que va del año 308.423 unidades, con una baja de 21,8 por ciento interanual. Así lo informó ayer Adefa, la entidad que agrupa a terminales del sector. La menor demanda del mercado brasileño, por la falta de crecimiento de esa economía, explicó la moderación de los negocios del complejo automotriz. A su vez, la desaceleración del dinamismo de los patentamientos de la plaza local debido al incremento injustificado de precios a partir de enero potenció la caída de la fabricación de las terminales. La negociación de un acuerdo bilateral con Brasil para reforzar el volumen de exportaciones y el anuncio del programa de créditos subsidiados para adquirir vehículos nacionales de gama media y baja fueron las dos estrategias centrales del Gobierno para recomponer la actividad de la rama en la segunda mitad del año.

En junio, las terminales automotrices fabricaron 12.557 autos menos en relación con el mismo mes de 2013, cuando se habían elaborado 63.461 unidades. El segmento que registró la caída más fuerte fue el de automóviles particulares, con una producción de 25.045 unidades, para retroceder 28,1 por ciento interanual. Además, los utilitarios ascendieron a 19.979 unidades, para disminuir 4,2 por ciento, mientras que los vehículos pesados computaron 1880 unidades, para caer 14,2 por ciento. La merma del sector fue la más moderada desde marzo, cuando se registró una reducción de negocios del 30,8 por ciento interanual.

La falta de demanda agregada del mercado brasileño explicó el freno de la industria automotriz. Las exportaciones de las terminales locales ascendieron el mes pasado a 34.418 unidades, con una disminución del 19,2 por ciento, al tiempo que acumularon en lo que va del año 171.375 unidades, con una merma del 23,3 por ciento. Entre enero y junio, Brasil compró 42.097 autos menos respecto del mismo período del año pasado, lo cual se debió al estancamiento de su mercado interno. Organismos internacionales como la Cepal bajaron las estimaciones de crecimiento para esa economía al 2 por ciento para 2014.

Otro elemento que potenció la desaceleración de la industria automotriz fue el flojo desempeño de los patentamientos. Las ventas internas de autos sumaron en junio 51.540 unidades, cuando habían sido de 74.734 unidades en 2013, y totalizaron en el primer semestre 380.878 unidades, con una contracción de 23,8 por ciento interanual. Después de la devaluación de enero, empresarios del complejo automotor aplicaron incrementos desmedidos de precios aprovechando la situación de incertidumbre cambiaria. El efecto de esas remarcaciones no justificados por el alza de costos del sector fue la contracción del consumo de la población.

El Gobierno avanzó en dos frentes para estimular los negocios del sector automotriz. El primero fue negociar con Brasil un acuerdo comercial para recomponer el dinamismo de las exportaciones, garantizando a las terminales locales un flujo continuo de demanda. El segundo fue el anuncio del programa Procreauto, con el objetivo de reactivar compras de vehículos de gama media-baja de fabricación nacional a través de créditos subsidiados del Banco Nación y de precios acordados con la industria. “Procreauto ofrece condiciones de crédito atractivas y permite hacer frente a un factor que explica la caída de ventas en lo que va del año, que es la suba de las tasas de interés”, dijo Enrique Alemañy, de Adefa.