ECONOMíA › OPINION

El orden ultrarrepublicano

 Por Paola Bianco *

La sentencia del juez Thomas Griesa y su conducta proclive a los intereses de fondos especulativos que amenazan la soberanía financiera del Estado argentino expresa la ideología ultraliberal de un sector de la derecha norteamericana, como el Tea Party, que defiende las libertades económicas hasta el extremo de asignar a cualquier mínima regulación por parte del Estado un sentido dictatorial.

La posición ultrarrepublicana que en aras de la libertad promueve un orden mundial que pulveriza la soberanía y que conduce a un estado preestatal basado en el individualismo y el utilitarismo extremos se encuentra en expansión. ¿Pero qué consecuencias internacionales tiene esta posición a partir del caso testigo que implica el conflicto de la Argentina con los fondos especulativos?

Esta postura, que legitimó desde el ámbito jurídico el utilitarismo en materia de deuda soberana, vehiculiza la lógica de un modo de acumulación basado en la híper especulación financiera que, si prima, tornaría obsoleto el mecanismo de reestructuración de deuda soberana y con ello establecería ipso facto la imposibilidad de desendeudamiento de todos los países, destruyendo la capacidad soberana.

La potestad para la transferencia de ingresos tendiente hacia una mayor concentración económica, con el consiguiente empobrecimiento estructural de los países, dejará de ser potestad exclusiva de los organismos de crédito internacional, como el Fondo Monetario y el Banco Mundial, y pasará a tener plena competencia en la materia el Poder Judicial de los países donde los fondos especulativos de inversión logren litigar en contra de los Estados (como lo hicieron en la República de Ghana, cuando lograron en octubre de 2012 el embargo de la Fragata Libertad, un buque de guerra con inmunidad diplomática).

La Argentina, con la política de desendeudamiento, basada en las reestructuraciones de la deuda que sumió al país en la pobreza, inició un proceso de reconstrucción de la soberanía que hoy vuelve a estar amenazado por este orden que tiende a consolidarse. Las consecuencias del fallo del juez neoyorquino, que otorga la posibilidad de reclamar igual trato al de los fondos buitre a todos los bonistas, es decir, que establece la vía jurídica para que los acreedores que aceptaron la quita del 70 por ciento de la deuda en los canjes de 2005 y 2010 puedan reclamar al Estado el pago del ciento por ciento de la deuda, haría caer la reestructuración y, con ello, le impondría al país una deuda de tal magnitud que revertiría su condición de desendeudamiento.

El “caso argentino” con los fondos especulativos evidencia así un nuevo estadio del capitalismo, basado en un modo de acumulación híper especulativo y en un nueva “arquitectura jurídica” que fragmenta aún más el poder político y que tiende a consolidar un orden mundial preestatal. Las decisiones del juez Griesa se orientan en esta dirección de cercenar la capacidad soberana, no sólo de la Argentina, sino de todos los países que pretendan ejercerla a través de la reestructuración de su deuda. Es indudable que, cada vez más, será condición para el ejercicio de la soberanía la construcción de un nuevo polo de poder que vehiculice una alternativa mundial al orden que promueve el ultrarrepublicanismo. El eje Unasur-Brics, cuyos países promueven la estatalidad, el mercado interno, el multilateralismo, etc., y cuyo ámbito contiene enormes posibilidades de cooperación económico-financiera, sin condicionar ésta al ajuste, constituye hoy esa alternativa.

* Licenciada en Relaciones Internacionales. Maestrando en Ciencia Política y Soc. (Flacso).

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