Viernes, 11 de julio de 2014 | Hoy
ECONOMíA › ZAMORA OCUPó EL LUGAR DE BOUDOU DURANTE LA SESIóN DE AYER
El Senado sesionó finalmente bajo la presidencia del santiagueño Gerardo Zamora. Ante la amenaza de un sector de la oposición de obstaculizar el funcionamiento del cuerpo, el vicepresidente Amado Boudou decidió no estar al frente del tratamiento de la ley de intangibilidad de los depósitos de los bancos centrales, que fue aprobada ayer. Al momento de iniciarse el debate, Boudou se encontraba en el Congreso, pero pocos minutos antes se resolvió que asumiera su lugar el presidente provisional para evitar así que la oposición entorpeciera la aprobación de la ley, que contaba con un amplio consenso de todos los sectores. Fuentes del kirchnerismo adelantaron que, de no ocurrir ningún imprevisto de último momento, la próxima sesión será el 30 de julio, cuando asista a dar su informe el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
La actitud de Unen, la UCR y otros bloques opositores ante la situación judicial del vicepresidente terminó por provocar el cambio de autoridades en la Cámara alta. Los seis senadores de Unen habían avisado que se levantarían de sus bancas si Boudou estaba a cargo, mientras que los radicales, a través el jujeño Gerardo Morales, adelantaron que le reclamarían cara a cara que se tome licencia, además de presentar otros proyectos en el mismo sentido. En privado, la UCR le había transmitido al jefe de la bancada oficialista, Miguel Pichetto, que si el vicepresidente ocupaba su lugar también iba a “haber problemas” para aprobar la norma.
Como el proyecto de ley no había obtenido dictamen de comisión con los siete días de anticipación que establece el reglamento, se necesitaban dos tercios de los votos para aprobar su tratamiento sobre tablas. El oficialismo no cuenta con ese número y además ayer había senadores propios y aliados que no habían podido llegar a la sesión. Era el caso del chaqueño Eduardo Aguilar y el correntino José María Roldán (con problemas con su vuelo) y de la santafesina Roxana Latorre y la bonaerense María Laura Leguizamón, que se ausentaron sin aviso. En ese contexto, la colaboración opositora se volvía indispensable.
Desde la mañana, el vicepresidente había mantenido contacto con distintos senadores y se había reunido con Pichetto. Según fuentes del FpV, la decisión política era que Boudou encabezara la sesión y, si era necesario, defenderlo cuando la oposición sacara el tema de su procesamiento en la causa Ciccone. Esa actitud va en sintonía con las actividades de Boudou en los últimos días, que con la licencia por motivos de salud de Cristina Fernández tuvo dos participaciones políticas relevantes. Por un lado, el recibimiento al presidente de Armenia, Serzh Sargsian, y por el otro la presencia en el acto del 9 de Julio en Tucumán, donde estuvo acompañado por todo el gabinete y fue el orador de cierre. Sin embargo, desde el kirchnerismo explicaron que la decisión de no asistir fue del propio vicepresidente, para no poner en riesgo la sanción de una ley necesaria para el Ejecutivo nacional.
En el FpV no tenían muchas expectativas de que la actitud de la oposición respecto de Boudou fuera a modificarse hasta tanto no se resuelva su situación judicial, algo que no está previsto en el corto plazo. En ese contexto, el Senado mantiene una agenda acotada, con la próxima sesión para el 30 de este mes. Ayer legisladores kirchneristas adelantaban que el vice sí estará en esa oportunidad, cuando presente su informe Capitanich. Al tratarse de una sesión especial, el oficialismo tiene quórum propio y una ausencia de la oposición no tendría consecuencias tan importantes para el Ejecutivo. Además, los opositores ya habían adoptado la misma actitud en Diputados, en reclamo de modificaciones para el Impuesto a las Ganancias.
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