ECONOMíA › OPINION
Una cuestión de fondo
Por Claudio Lozano *
El acuerdo que anunció el gobierno nacional, como un anticipo de lo que firmará con el FMI, plantea dos aspectos negativos y uno positivo. El primer aspecto negativo tiene que ver con que la Argentina no logró plasmar en términos prácticos que el FMI es en realidad co-responsable de la crisis que vivimos. Las recomendaciones del Fondo en materia de política económica favorecieron la destrucción de la capacidad productiva de Argentina. Además, el endeudamiento que nuestro país tomó con este organismo tuvo por destino financiar el proceso de fuga de capitales previo al colapso del 2001. Haber logrado plasmar en términos prácticos esta co-responsabilidad hubiese implicado lograr que el FMI y, a través de él, el Banco Mundial y el BID refinanciaran de manera completa los vencimientos no sólo de capital sino también de intereses, por lo menos por cinco años y así brindarle al país un plazo suficiente para recomponer su capacidad económica.
El segundo aspecto, también negativo, tiene que ver con la meta de superávit fiscal primario que se ha establecido. La meta del 3 por ciento en un contexto donde el gasto público se encuentra en los niveles más bajos de la serie histórica, obliga a mantenerlo prácticamente en los mismos niveles. Y eso significa congelar el gasto social, los planes sociales y el gasto en salarios y jubilaciones. Y esto es, efectivamente, un problema. En realidad, con este acuerdo nos están obligando a hacer exactamente lo contrario a lo que están recomendando las propias naciones desarrolladas para tratar que la economía mundial salga de la depresión.
El aspecto positivo está relacionado con el hecho de que en este acuerdo no se han comprometido, por lo menos hasta donde se sabe, reformas estructurales de largo plazo, particularmente estrategias de privatización de la banca pública –como sí sucedió en el acuerdo anterior firmado por Eduardo Duhalde–. Tampoco se asumen compromisos que signifiquen un cronograma de incrementos tarifarios. Es positivo en tanto no se ve aún más restringida la autonomía en materia de decisión de política económica. Mientras que los países desarrollados se plantean políticas fiscales expansivas para resolver los problemas de la depresión económica mundial, a nosotros nos están colocando obstáculos para poder implementar una estrategia fiscal como la que realmente necesitaríamos. El debate es bajo qué modalidad se incrementa la actividad. Lo que está en debate no es crecer o no crecer, sino cómo se crece y para quién se crece, en el contexto de un país devastado y con altos niveles de pauperización y desempleo.
El hecho de no poder disponer de una política fiscal que atienda los objetivos que planteaba antes implica que se sigue afirmando una lógica de salida económica que coloca como factores dinámicos al sector exportador y al consumo de los sectores más acomodados de la población, sean éstos de clase media alta o de altos ingresos. Si esos van a ser los factores dinámicos, el tipo de crecimiento que nos proponen es escasamente dinámico, porque tiene escasa capacidad de generar empleo y por lo tanto escasa posibilidad de resolver los problemas de pauperización que tenemos hoy.
Por eso seguimos sosteniendo que la Argentina necesita poner como disparador del proceso de crecimiento la resolución de las necesidades de la mayoría de la población. Esto implica colocar a la distribución, a la ampliación de los ingresos de los hogares en situación de pobreza y a la expansión del consumo popular como mecanismos de ampliación del mercado interno, en la clave de un proceso de reindustrialización en la Argentina. Este es un tipo de salida diferente. Porque, en el fondo, lo que está en debate en nuestro país es si esta sociedad va a terminar pactando con los ganadores de la devaluación y afirmando así un tipo de sociedad que sin dudas mantendrá niveles importantes de desigualdad o si, por el contrario, vamos a ser capaces de transformar lo que es un tiempo de renovación institucional en un proceso de democratización, ampliación del mercadointerno, combate al desempleo y la pobreza, reindustrialización y mayor autonomía nacional. Este es el debate que se plantea claramente y que también está planteado al interior de las opciones que existen dentro del gobierno de Kirchner.
* Diputado electo por Fuerza Porteña.