“Estamos ante una disyuntiva histórica: o se elige este proyecto de desarrollo o vamos a tener un presidente que quiera cerrar nuestras fábricas de satélites porque las define como fábricas de lavarropas, esto lo tenemos que tener muy en claro”, señaló ayer el ministro de Planificación, Julio De Vido. El funcionario expuso en la muestra Defensa de la Industria, organizada por la secretaría de Ciencia, Tecnología y Producción del Ministerio de Defensa, en la que participan más de 150 empresas nacionales e internacionales y más de 30 centros de investigación y desarrollo del sector. De Vido recordó que “los primeros tiempos del gobierno de Néstor (Kirchner) había que correr con la ambulancia todos los días a algún lugar. Recién en mayo de 2004 lanzamos nuestro plan energético. En el año 2006, ocurrieron tres hechos fundamentales que son los que nos hacen poder estar hoy sentados aquí. En abril se crea Arsat, para no sólo ocupar las órbitas satelitales, sino también poder hacerlo con tecnología nacional. En agosto de ese mismo año recibimos la directiva de relanzar el plan nuclear argentino y hacerlo a partir de la puesta en marcha de la Central Nuclear de Atucha, que como todos ustedes saben, estaba acopiada en unas carpas presurizadas en la localidad de Lima, a orillas del río Paraná”. Por su parte, el ministro Agustín Rossi afirmó que “para lograr mayor eficiencia en el desarrollo científico necesitamos que el sector privado invierta más en investigación y desarrollo, necesitamos que el sector empresario se comprometa más con el crecimiento del país”. Y remarcó: “La única manera de acortar la brecha tecnológica con los países centrales es tener cada vez más desarrollos propios. La soberanía tecnológica exige un Estado fuerte, presente y comprometido con el trabajo de los argentinos”.