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Es sabido que la humildad no es una de sus virtudes. Para Roberto Lavagna “a casi dos años del colapso del 2001, la Argentina se convirtió a nivel internacional en el caso más exitoso de devaluación del mundo”. “Ninguna de las crisis recientes, ni el Sudeste Asiático, ni México ni Brasil lograron una mejora del tipo de cambio real tan sustantiva como al cabo de meses logró la Argentina”, dijo el ministro. Lavagna afirmó, además, que las exportaciones crecerán este año un 15 por ciento, aunque se mostró preocupado por la incipiente recesión brasileña. Por otro lado, descartó la posibilidad de que haya una nueva moratoria impositiva, como la que impulsan los senadores. “El Estado no es Papá Noel”, sentenció.
El ministro participó ayer de la “jornada de debate sobre el comercio exterior”, organizada por la Fundación Export-Ar, la Cámara de Exportadores de la República Argentina y la Fundación BankBoston, en el hotel Sheraton de Retiro.
Allí lanzó su idea de lo exitoso del caso argentino. Y fue más allá:
“La Argentina es hoy objeto de análisis de diversos organismos multilaterales que tenían visiones ciertamente bastante menos positivas tras la salida de la convertibilidad”, reveló. Para Lavagna el hecho de que la Argentina haya logrado una devaluación real (la devaluación nominal descontada la inflación) tan importante sorprendió a todo el mundo.
La semana pasada el ministro había dicho, en un encuentro reservado con economistas, que no quería que el tipo de cambio real cayera por debajo de 1,40, un nivel apenas inferior al actual. De otro modo: dejó en claro que, en su opinión, el tipo de cambio nominal no debía bajar más y, al contrario, empezar a subir acompañando la marcha de la inflación. Ese comentario torció esta semana la tendencia del mercado cambiario, y ante la escasa liquidación de divisas por parte de los exportadores, el dólar se acercó a los 3 pesos, algo que no sucedía hace tiempo.
Ayer, el ministro ratificó que la estrategia para crecer se basa en mantener un tipo de cambio real alto. Para consolidar la reactivación “el programa económico necesita un nivel de tipo de cambio como el actual, no errático”, aseguró.
Lavagna pronosticó “para este año un aumento de alrededor del 15 por ciento para las exportaciones”, las cuales “se ubicarán en alrededor de 29.000 millones de dólares, con un superávit comercial de 15.000 millones de dólares”. Semejante suba se explica “en dos tercios por la suba de los precios, y en un tercio por un incremento en las cantidades”.
Sin embargo, no todo fue optimismo. El ministro se mostró preocupado por el impacto que la incipiente recesión brasileña podría tener sobre las exportaciones argentinas. “Brasil lleva una caída del 0,3 por ciento del Producto Bruto Interno y la actual recesión limita la evolución del Mercosur”, señaló.
La preocupación por el comportamiento de los indicadores brasileños no es nueva en el Gobierno. La recesión del socio mayor del Mercosur no sólo está afectando las exportaciones argentinas. También complica a algunos sectores productivos locales (como el textil), que temen una nueva avalancha de importaciones brasileñas.
Por otra parte, Lavagna defendió, frente a los exportadores, la política de retenciones que lleva adelante el Gobierno. “Se suele confundir derechos de exportación con problemas de tipo fiscal, pero las retenciones nivelan los precios internos e internacionales, de lo contrario hubiésemos tenido una suba en el costo de la canasta familiar”, explicó.
Además, negó que el Gobierno esté pensando en una nueva moratoria tributaria. “El Estado no es Papá Noel, no crea plata y si lo hace es dinero espurio, por lo tanto los recursos hay que generarlos en otro lado”, afirmó.