ECONOMíA
Bielsa se acordó de su hermano Marcelo cuando llegó a Japón
El canciller buscó tranquilizar a los japoneses por la renegociación de la deuda en default. “Haremos esfuerzos para llegar a una solución”, prometió.
“La Argentina no puede comprometerse más a algo que no pueda cumplir”, dijo ayer el canciller Rafael Bielsa en Tokio, en una de las múltiples respuestas que tuvo que dar sobre el proceso de reestructuración de la deuda. De ese modo, defendió la propuesta de una quita del 75 por ciento sobre el capital de los títulos en default. El interés fundamental de su visita de dos días a Japón, en una gira que luego lo llevará a China, es promocionar los productos de exportación. Pero frente a la prensa, Bielsa debió olvidarse por un rato de esa cuestión para referirse a un tema más caliente: cuándo y cuánto el Gobierno volverá a pagarles a los acreedores. El ministro de Relaciones Exteriores se atajó diciendo que la negociación depende de su colega Roberto Lavagna, pero indicó que el Gobierno aspira a resolver el problema “en el primer semestre de 2004”.
“Haremos todos los esfuerzos personales, institucionales y todo lo que esté a nuestro alcance para dar una solución” a los tenedores de bonos, se comprometió. “Y si tenemos que enfrentar que los acreedores nos digan su legítimo enojo en la cara lo haremos, porque es un costo mínimo que tenemos que afrontar”, completó Bielsa. Más allá de reconocer que la situación de default “no nos pone cómodos”, el canciller insistió en que el Gobierno ofreció pagar lo que es posible.
“La Argentina asumirá los compromisos que pueda honrar. Lo que queremos –agregó– es encontrar una fórmula que satisfaga en lo posible al acreedor, pero que también permita que la Argentina cumpla con sus compromisos.” La conferencia de prensa que ofreció en la embajada argentina en Japón, a 150 metros de la Japan Tower, una réplica de la Torre Eiffel que enorgullece a los japoneses porque es unos metros más alta, tuvo una gran concurrencia.
El mensaje que se preocupó en transmitir Bielsa fue que la Argentina se puso como objetivo vender alimentos por 36.000 millones de dólares, frente a los 46.000 que importa hoy ese país. La propuesta es más que ambiciosa, cuando el año pasado las exportaciones a ese destino totalizaron 442 millones, contra importaciones por 188 millones. El funcionario reconoció, como es lógico, que el objetivo trasciende a este gobierno.
Por ahora, lo suyo será generar un clima de relaciones cada vez más cercanas. Por eso Bielsa eligió hablar de fútbol, que también apasiona a los japoneses. El canciller le confesó al ministro de Economía, Comercio e Industria de Japón, Shoishi Nakagawa, con quien se reunió por la mañana, que “esta ciudad me produce un sabor agridulce”. “Por un lado, al conocerla me impacta gratamente, pero por el otro aquí se jugó la Copa del Mundo, y mi hermano, Marcelo, no tuvo un paso muy feliz por ese torneo”, admitió. Nakagawa, diplomático, prefirió recordarle el gol de Maradona a los ingleses del ‘86, y se mostró sorprendido cuando Bielsa puntualizó que Diego había eludido “a siete jugadores”. En temas más acordes con sus investiduras, Nakagawa quiso saber sobre la recuperación económica de la Argentina. Bielsa manifestó que la última estimación del Gobierno es que el PIB crecerá este año algo más del 7 por ciento. También le dijo que en materia de comercio internacional, la Argentina y Brasil deben ser considerados “como una unidad”. Pero admitió que la apertura de la economía argentina es mayor a la brasileña.