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Las estaciones expendedoras de GNC empezarán a aplicar, a partir de hoy, incrementos del orden del 7 al 8 por ciento (4 a 5 centavos por metro cúbico) en sus precios en surtidor. Según señalaron voceros del sector, el ajuste no sólo responde al incremento que desde hoy sufrirán en el costo del gas natural, del orden del 40 por ciento, sino también a la nueva tarifa eléctrica que, según los casos, les llega con subas del 35 al 50 por ciento. Este es el segundo ajuste del año para el combustible gaseoso, luego del aplicado en julio, en una magnitud similar, por el anterior ajuste pautado para el precio del gas en boca de pozo.
Los ajustes en el precio del gas en boca de pozo fueron acordados a principios de año entre el Gobierno y las empresas productoras del hidrocarburo. Conforme a lo que entonces se resolvió, los productores recibirían mejoras en julio y octubre de este año y en mayo y octubre del año próximo. El impacto será mayor en la provincia de Buenos Aires, donde además del ajuste en el costo del insumo se agrega la aplicación de una suba en el impuesto al GNC, aplicable a partir de octubre y durante todo el verano.
Aunque cada estación resolverá según su propio criterio el ajuste, se espera que entre hoy y el domingo todos los puntos de venta apliquen el aumento. A diferencia de lo que ocurre con las ventas de combustibles líquidos, en su mayoría las estaciones de GNC son independientes. Es decir, no responden a una marca ni son propiedad de las petroleras o refinadoras.
Pese a los dos aumentos consecutivos, los voceros del sector destacaron que el precio del GNC sigue siendo sensiblemente inferior al de los combustibles líquidos. El precio del metro cúbico, con el incremento, se ubicará en 55 centavos en Capital y alrededor de 75 centavos en territorio bonaerense, con un rendimiento apenas inferior al de un litro de nafta, cuyo costo se aproxima a los dos pesos. Dicho diferencial se sigue reflejando en la firme tendencia a la reconversión al GNC de los rodados, que prosigue a un ritmo de quince a veinte mil unidades por mes.
Después de las luces de alarma que se encendieron entre febrero y marzo, cuando ante la eventualidad de una crisis energética varios sectores salieron a demandar que el servicio de gas fuera interrumpible para las estaciones de GNC, a partir de mayo retornó la calma, indican fuentes de la asociación de expendedores. “Prevemos que no volverá a haber dificultades ni riesgos en el abastecimiento; con la ampliación de gasoductos quedará asegurada la capacidad de transporte y, con ello, el suministro del gas natural”, señalan. Las nuevas condiciones de mercado impuestas a partir de febrero obligan a las estaciones de GNC a pagar un diferencial para recibir el gas no interrumpible y sólo las estaciones nuevas tienen vedada esa posibilidad, hasta que las distribuidoras estén en condiciones de asegurar ese abastecimiento.