ECONOMíA › ACONSEJAN AUMENTAR LA INVERSION EN INFRAESTRUCTURA
El Banco Mundial quiere obras
Por Cledis Candelaresi
Para poder sostener un ritmo de crecimiento del 3 por ciento anual, Argentina debería quintuplicar la inversión en infraestructura y, aún así, estaría lejos de superar sus problemas de pobreza, ya que esa meta es “insuficiente” para saldar la deuda social. La idea fue expuesta ayer en esta ciudad, donde se realiza el Pre-Coloquio de IDEA, por Juan Gaviria, jefe sectorial de Finanzas, Sector Privado e Infraestructura del Banco Mundial.
Ese cálculo tiene como marco un análisis hecho por la entidad en el que demuestra que los desembolsos en ese rubro, tanto públicos como privados, vinieron derrumbándose paulatina y dramáticamente en los últimos años. De ese modo, pasó del 1,60 por ciento del Producto Bruto Interno a sólo el 0,44 por ciento en el año en curso, aunque, según la óptica bancomundialista, esta tendencia podría revertirse si se cumplen las previsiones del Presupuesto para el año próximo, que incluyen importantes refuerzos en las partidas destinadas a obra pública.
El trabajo expuesto ayer por el especialista plantea que no será fácil para la Argentina revertir su situación de déficit y menos seducir al capital privado para que contribuya a esta meta. Sólo en el área de energía y combustible se necesitan 20 mil millones de pesos de aquí hasta el 2008 para eludir “los cuellos de botella” que ocasionan las deficiencias en el transporte de gas y electricidad y en la generación eléctrica. Otro dato que ilustraría la magnitud del problema es el que indica que el país invierte en infraestructura alrededor del 0,5 por ciento del PBI cuando necesitaría hacerlo por el equivalente al 2,5 por ciento para sostener un crecimiento de la economía del 3 por ciento anual.
Según Gaviria, esa modesta meta también estaría comprometida por otros problemas, como el envejecimiento del capital disponible o el alto nivel de la capacidad utilizada de la industria que, salvo en el caso automotor, llegó a un promedio del 70 por ciento. Otros límites a un impulso sustancial vendrían del “poco crecimiento de las exportaciones y la poca diversificación”, así como la “dependencia de empresas extranjeras para inversión y el añadido de valor agregado”. El ministro de Planificación, Julio De Vido, principal destinatario del mensaje, no estuvo para escucharlo.