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“Sería una catástrofe la vuelta al proteccionismo”, dijo José María Aznar, y advirtió que el programa económico argentino debería consensuarse con “los principales agentes internacionales”. Con estas palabras, el jefe del gobierno español hizo públicas las presiones que viene ejerciendo sobre la gestión de Eduardo Duhalde, con el objetivo de morigerar los perjuicios que el plan económico generó en las empresas españolas radicadas en la Argentina.
“Nosotros deseamos la más pronta y rápida recuperación del país y consideramos que es imprescindible para ello un plan creíble y asumible tanto por la sociedad como por las instituciones internacionales”, dijo Aznar. Pero a continuación agregó que el programa económico debería concretarse “dialogando, acordando, conviniendo con los principales agentes internacionales”.
El español le pidió a Duhalde que dialogue con las empresas de su país con inversiones en la Argentina. “Lo que hace falta es que las conversaciones puedan ser lo mas provechosas posibles para todos, teniendo en cuenta que todos tienen el mismo interés, que es la recuperación cuanto antes del país y de la economía argentina. Mi deseo es que los impulsos políticos que se producen en Argentina, no sólo desde el punto de vista económico, tengan cada vez un mayor respaldo y crédito a nivel internacional. Sólo de esta forma se puede concretar un plan económico creíble.”
Finalmente, el líder del Partido Popular admitió que el giro en la política argentina tuvo un efecto sobre las empresas españolas. “Nadie puede pensar que se puede ser el primer inversor del mundo en Argentina, que el país llegue a la situación que ha llegado y que eso no produzca un coste para las inversiones. Es impensable. Pero hay que tener sentido común y la capacidad de asumirlo razonablemente”, concluyó.
Las declaraciones de Aznar revelan el malestar que provocó en España el nuevo plan económico. Es que las empresas de ese país radicadas en la Argentina, entre las que se encuentran algunas gigantes privatizadas, fueron los principales afectados por medidas como la pesificación de las tarifas pautadas originalmente en dólares, o el impuesto extraordinario sobre las exportaciones de hidrocarburos. De hecho, apenas asumió, Duhalde recibió un llamado de Aznar “interesándose” por la situación de las empresas, que motivaron serias bajas en la bolsa de Madrid.
Pero no hubo solo presiones y, ayer, el Gobierno recibió la felicitación de dos líderes europeos. El presidente de Italia, Carlo Ciampi, prometió la colaboración de su país para que la Argentina obtenga un “concreto apoyo de la comunidad internacional” y dijo estar seguro de que la Argentina es capaz de encarar “un modelo de estabilidad y desarrollo”. Para el presidente italiano, el vínculo entre los dos países “dará origen a colaboraciones económicas, culturales y científicas cada vez más fecundas”.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, felicitó a Duhalde y le manifestó la solidaridad de la Unión Europea. “Las raíces comunes entre los pueblos europeos y el pueblo argentino y la importancia de nuestros lazos políticos, económicos, comerciales nos motivan a expresarle nuestra solidaridad al mismo tiempo que desearle los mejores éxitos en su gestión”, señaló Prodi.