A medida que avanza el año y vuelve a quedar en claro que la recaudación impositiva superará la pauta del Presupuesto, en la city se recalienta la discusión sobre qué hacer con el gasto público. Los financistas, mayoritariamente de corte ortodoxo, pugnan para que la Argentina muestre un superávit de las cuentas públicas cada vez más abultado. Un informe de Ieral, de la Fundación Mediterránea, calculó que si el Gobierno mantuviese sin cambios el nivel del gasto obtendría un superávit fiscal de 4,5 puntos del Producto. Los economistas de la entidad remarcaron que, en este marco, el Gobierno deberá tomar la decisión de qué hacer con el gasto público. Una opción, dicen, es “un aumento del gasto o continuar con las modificaciones de la estructura impositiva, en línea con la reciente suba del mínimo no imponible de Ganancias”. En ese sentido, advirtieron, “ambas opciones reducirán el superávit”. Desde la Mediterránea calcularon que la suba de las erogaciones podría llegar a 9000 millones de pesos por encima de lo presupuestado si, por ejemplo, se decide incrementar el gasto al mismo ritmo que la expansión del PIB.