En un momento en que la mayoría de los economistas se limita a polemizar sobre la inflación y los acuerdos de precios impulsados por el Gobierno para contenerla, el Plan Fénix y el Ceil-Piette Conicet decidieron retomar ayer el debate sobre estrategias de desarrollo para Argentina en un seminario organizado en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. “Queremos continuar la reflexión que iniciamos en septiembre de 2003. Ya tenemos un diagnóstico bastante claro de la situación y ahora queremos ver qué alternativas existen para seguir adelante”, señaló a Página/12 Julio Neffa, director de Ceil-Piette. En la primera jornada se discutió sobre la especialización internacional, el modelo productivo y la sustentabilidad del sistema financiero sin encandilarse con la reactivación económica ni formular profecías apocalípticas para el futuro.

La apertura estuvo a cargo de Oscar Tangelson, secretario de Política Económica, el único funcionario presente, quien analizó las posibilidades de crecimiento futuro del país al afirmar que “será necesario apostar por un aumento de la productividad, la innovación y el valor agregado, pues el tipo de cambio competitivo ayudó a salir adelante, pero no es una condición suficiente para garantizar el desarrollo”.

En coincidencia con ese diagnóstico, el economista Fernando Porta del Centro Redes aseguró en el panel sobre “Especialización internacional y modelo productivo” que pese al crecimiento de las exportaciones, el superávit comercial y el alivio financiero generado por la reestructuración de la deuda no se observa una superación del histórico problema de restricción externa que suele sufrir el país sino un desplazamiento temporal, pues aún permanecen vigentes los problemas de especialización productiva que impactan en la redistribución regresiva del ingreso. Para superar esta situación remarcó la necesidad de favorecer la innovación y la complementariedad en las industrias existentes e impulsar nuevas actividades de productividad elevada como la biotecnología y la nanotecnología. Sin embargo, señaló que para ello “se necesita una clase empresarial que probablemente no exista en la Argentina”.

También resultó interesante la intervención de Luis Miotti, de la Universidad París XIII, quien señaló que Argentina ha venido perdiendo participación en el comercio internacional, pese a la devaluación y a que desde el 2000 se evidencia una resurrección de los sectores de la economía tradicional a partir de la creciente demanda china.

Por la tarde, se debatió sobre “Moneda, sistema bancario, deuda pública y sustentabilidad del sistema financiero” en un panel donde se analizó la salida de la crisis de fines de 2001, las restricciones actuales al financiamiento que tienen las empresas, el perfil de la deuda pública y la política del Banco Central, particularmente los esfuerzos que viene llevando adelante la entidad para tratar de diferir lo más posible la apreciación del tipo de cambio real y las dificultades que acarrearía la implementación de metas de inflación. También hubo tiempo para que se presentara un estudio sobre la posibilidad de que las provincias emitan moneda dentro del marco de un acuerdo fiscal y monetario para enfrentar los sucesivos reclamos políticos locales.