El secretario de Coordinación Técnica, Guillermo Moreno, y el subsecretario de Agricultura, Javier De Urquiza, se reunieron ayer con los principales dirigentes de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) en la sede de la entidad rural para negociar el levantamiento del paro anunciado para los días 22 al 25 de este mes. En el Gobierno consideran que la medida es “inoportuna”, pues llega una vez liberado el 70 por ciento de las exportaciones de carne y cuando se están terminando de consensuar los lineamientos estratégicos del Plan Ganadero con el conjunto de la cadena. El resto de las entidades del campo también cuestionó la metodología y el momento elegido para confrontar. Sin embargo, fuentes de CRA aseguraron a Página/12 que el paro sólo se levantará si hay una oferta concreta del Gobierno que tome en cuenta los reclamos sobre las restricciones que aún existen para exportar carne y trigo y la vigencia del peso mínimo de faena.

Las protestas del campo contra la política agropecuaria del Gobierno se iniciaron el lunes 27 de marzo en la localidad bonaerense de Saliqueló, donde 3 mil productores se manifestaron contra el cierre de las exportaciones, oficializado el 13 de marzo. Desde entonces estuvo latente la posibilidad de convocar a un lockout empresario, pero los principales dirigentes optaron por la moderación y prefirieron negociar mientras mantenían encendida la llama de la protesta con asambleas en distintos pueblos del país. Cuando el Gobierno abrió parcialmente las exportaciones la situación se descomprimió. Sin embargo, el miércoles pasado la mesa directiva del ruralismo confederado sorprendió convocando a una huelga a iniciarse el próximo 22. Entre los motivos que impulsaron la medida se incluyeron las restricciones a las exportaciones de carne y la consecuente baja de precios en Liniers, las retenciones a los lácteos y el límite a las exportaciones de trigo.

Los dirigentes de CRA aseguran que entre el 22 y el 25 no habrá comercialización de hacienda ni de granos y se realizarán movilizaciones y tractorazos en las principales zonas ganaderas. El anuncio complicó a la Sociedad Rural, pues la entidad siempre se manifestó en contra de una huelga y ahora deberá inaugurar la muestra de Palermo dos días antes de la fecha pautada para el inicio de la protesta. “Nos quieren forzar a ponernos como voceros”, aseguraron a Página/12 desde la entidad que preside Luciano Miguens.

Quienes se oponen al paro afirman que una medida de esas características es difícil de sostener en el tiempo y podría provocar un descenso aún mayor en el precio de la carne si los productores no obtienen respuesta del Gobierno y se ven obligados a levantar la medida y salir a vender todos a la vez. Los partidarios de la huelga afirman, en cambio, que la apertura parcial de las exportaciones y la ampliación posterior del porcentaje fueron decididas por Néstor Kirchner cuando CRA amenazó con un paro. Por eso ahora vuelven a recurrir a esa estrategia.

Guillermo Moreno y Javier De Urquiza se dirigieron ayer a la sede de CRA para negociar un levantamiento de la medida. Ninguna de las partes reveló detalles de la reunión, pero es claro que la intención del Gobierno es evitar la primera huelga agropecuaria contra el presidente Néstor Kirchner. De Urquiza se encuentra en un lugar por demás incómodo. En el pasado fue miembro de la Sociedad Rural de Río Gallegos e integrante de CRA. Durante el gobierno de la Alianza fue uno de los que negociaron con el ex secretario de Agricultura Haroldo Lebed, en representación de esa entidad rural. Cuando Néstor Kirchner llegó al gobierno pasó al otro lado del mostrador, pero sus críticos aún hoy lo identifican como un operador de CRA, la misma entidad que decidió romper lanzas al anunciar el paro.