El Gobierno y el Banco Central concretaron ayer dos operaciones que le permitirán a Felisa Miceli pagar los próximos vencimientos de la deuda sin que se resientan las reservas, al menos en lo inmediato. Por un lado, colocó un bono por 500 millones de dólares entre inversores locales y extranjeros, a una tasa de interés del 8,34 por ciento anual. Por el otro, cerró trato con el Banco de Basilea para asegurarse 700 millones de dólares adicionales, a través de un crédito de corto plazo.

Ambas operaciones acercarán casi todo el faltante de dinero que Economía necesitaba para pagar 3441 millones de dólares de deuda. Durante agosto hay vencimientos por 2807 millones con inversores que tienen en sus carteras Boden, Bogar, Bocones y Préstamos Garantizados, a los que se suman otros 634 millones que habrá que girarles al Banco Mundial y al BID.

Como el objetivo de Néstor Kir-chner fue mantener las reservas del Central en los actuales niveles –ayer alcanzaron los 26.233 millones de dólares–, se puso en marcha una sofisticada ingeniería financiera para cumplir con esa premisa. Ese plan tuvo distintas etapas y se repartió entre diversos actores.

Desde hace varias semanas, el Banco Central intensificó sus intervenciones en el mercado cambiario aprovechando el fuerte superávit de las cuentas públicas. En las últimas jornadas compró directamente por cuenta y orden del Banco Nación y dejó de informar los resultados de sus incursiones. Página/12 pudo saber que ayer adquirió otros 57 millones de dólares. En lo que va del mes, el BC lleva comprados un total de 1064 millones de dólares. Gran parte de estos fondos ya fueron transferidos al Nación.

Un segundo aspecto de la estrategia son los dólares recaudados por la colocación de Bonar V, el título a cinco años cuya tercera y última serie se colocó ayer. En total, Economía embolsó 486,4 millones de dólares por un bono de 500 millones a valor nominal, por lo cual la tasa implícita resultó del 8,34 por ciento anual. En la operación se notó un gran interés de parte de los inversores, que quintuplicaron la oferta disponible. Por ese motivo, la tasa resultó inferior al 8,40/8,50 por ciento anual esperada por los financistas. El alemán Deutsche fue el que más bonos compró: 209 millones de dólares, casi la mitad del total.

También están disponibles los dólares de Hugo Chávez. Venezuela ya suscribió este mes Boden 2012 por 200 millones de dólares y existe un compromiso tácito de que vuelva a comprar papeles de la deuda en las próximas semanas. Se especula que serían entre 200 y 400 millones de dólares adicionales.

Para que las reservas se mantengan sin grandes alteraciones, fueron clave otras dos operaciones. Una consistió en sacar un crédito por 700 millones de dólares en el Banco de Basilea a 90 días de plazo, a una tasa cercana al 6 por ciento anual. Esta operación, imitada de cuando se le pagó al Fondo Monetario a principios de año, permitirá que la caída de las reservas quede amortiguada en el tiempo. Similar propósito tuvo el Banco Central al pedirles a los bancos líderes que trajeran a la Argentina parte de los dólares que poseían en sus filiales del extranjero. Esas entidades financieras le prestaron al BC a un plazo de tres meses al 5 por ciento anual. El Central entregó como garantías bonos de su cartera: Boden 2014 y Discount en pesos.

La estrategia se completará con las compras de dólares que el Central concretará hasta las sucesivas fechas de pago. Se calcula que en las próximas semanas, el BC comprará entre 40 y 50 millones de dólares diarios. En la city afirman que Redrado no tendrá problemas para aspirar todos los billetes verdes que aparezcan ya que la autoridad monetaria se convirtió en la única gran demandante de divisas. Por el contrario, los bancos y grandes inversores prefieren los pesos ya que avizoran un futuro con subas en las tasas de interés en moneda local.