Viernes, 28 de julio de 2006 | Hoy
Bachelet envió una carta a Kirchner expresando el disgusto de su país por el aumento del gas que le compran a Argentina. Expresiones duras sobre el estado de las relaciones bilaterales.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, expresó la “decepción” de su país por la actitud del gobierno argentino de aumentar los derechos a las exportaciones de gas y así se lo hizo saber a Néstor Kirchner en una carta. “Va a ser necesario mucho trabajo, y de otra manera, para poder recomponer las relaciones de confianza”, declaró ayer. El ministro de Planificación, Julio De Vido, replicó desde Buenos Aires que el nuevo precio del gas natural que se exporta a Chile “surge de la diferencia entre el valor absoluto del gas que importamos de Bolivia y el que exportamos a terceros países, sin que quede un centavo más para Argentina”.
Según relató Bachelet, en la carta que le dirigió a su par argentino le señala no sólo la “decepción frente a lo sucedido”, sino que además la actitud del gobierno de Kirchner “no se condice con la relación estratégica que ha existido ya por varios gobiernos” entre ambos países. Se refiere así a la supuesta diferencia entre lo que De Vido habría informado a la ministra chilena Karen Poniachik, en su encuentro del viernes 21 en Buenos Aires, y lo establecido por decreto el lunes siguiente por el gobierno.
“Chile tiene la mayor disposición de continuar trabajando en áreas comunes, pero va a ser necesario mucho trabajo, y de otra manera, para poder recomponer las relaciones de confianza”, expresó la jefa del gobierno chileno antes de partir hacia Lima, donde asistirá a la asunción de Alan García. Kirchner no concurrirá al evento.
La polémica se inició a partir de la aplicación de un aumento de las retenciones al 45 por ciento sobre las exportaciones de gas, que repercute directamente sobre el precio que abona Chile por el combustible que le compra a la Argentina. Para Chile, además, la resolución que dispuso el alza contiene “vaguedades e imprecisiones”.
“No hay un solo centavo más”, remarcó De Vido en respuesta a las quejas chilenas. Ayer, a la salida de la reunión con gobernadores de provincias petroleras (sobre la que se informa en esta misma página), el titular de Planificación Federal estimó en 3,80 dólares por millón de BTU el precio del gas, más el costo del transporte. Es el precio que resulta de trasladar al valor de exportación la incidencia del ajuste de precios en el contrato de compra de gas a Bolivia, volvió a explicar, y “ni un centavo más”. En concreto, los derechos de exportación, antes del 20 por ciento, saltaron al 45 por ciento.
En cambio, de acuerdo con cálculos del Ministerio de Energía chileno, el aumento en el impuesto implicará que el precio del gas natural pasará desde los actuales 2,5 a 2,8 dólares por millón de BTU, a un rango de 4,5 a 4,8 dólares. El alza en el valor se suma a un severo recorte en los envíos de gas natural argentino a Chile, que comenzó a aplicarse hace dos años y que alcanza a casi la mitad del volumen contratado.
Chile le compra el gas directamente a empresas petroleras, pero los volúmenes de exportación autorizados están sujetos a las condiciones del abastecimiento interno. Chile, a su vez, tiene atado el 50 por ciento de su oferta energética al gas argentino, fundamentalmente por el uso que le da para alimentar las centrales térmicas. El aumento en el valor de importación de gas le genera a Bachelet un problema político mayúsculo, entre la alternativa de absorber por vía de un mayor costo fiscal el aumento o trasladarlo a la tarifa que paga el usuario. Su reacción va en línea a la magnitud del problema interno que le genera.
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