“Quedaron contentos ellos y quedamos contentos nosotros”, era el balance positivo que trazaban ayer en Cancillería a la vuelta del periplo entrerriano. En buena medida Jorge Taiana se había jugado una patriada al presentarse ante la asamblea ambientalista en un teatro con entrada libre y sin una agenda de temas acordada, y lo consideraban ileso, hasta con algunos aplausos como despedida. “Un empate”, daban como resultado. El canciller viajó con algunas cartas ganadoras en la manga: la ratificación de que a partir del lunes se prepararía la nueva presentación ante La Haya y, más aún, la novedad de que incorporarán a dos abogados de la asamblea a los equipos que trabajan en el conflicto por las papeleras. Cuando volvía, Taiana llamó al presidente Néstor Kirchner para contarle cómo le había ido. Kirchner, que había seguido su presentación por la tele, le respondió que había quedado “satisfecho”.

Cerca de Taiana explicaban que, de entrada, percibieron un clima de estudio, como de primer round. “Querían saber qué discurso íbamos a llevar. Después de las primeras definiciones, el clima se aflojó”, aseguraban. La intriga de los vecinalistas tenía que ver con el real alcance del fallo adverso en La Haya y cuáles serían las consecuencias respecto del tema de fondo. “El objetivo era marcar cuáles serían los próximos pasos y explicar de nuevo que el rechazo de la medida cautelar no tenía más implicancias”, decían en la Cancillería.

Otra intriga de los asambleístas, percibieron, se refería al alcance de los diálogos mantenidos durante la Cumbre del Mercosur de Córdoba entre Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez y Taiana y su par Reynaldo Gargano. “La propuesta del monitoreo conjunto los tenía preocupados. También que hubiéramos abierto un canal de negociación con Uruguay”, respondían cerca de Taiana. Es que, luego de Córdoba, Tabaré insistió con el “acuerdo” al que había arribado con Kirchner sobre el diálogo y que sólo les restaba a las cancillerías ponerle fecha a su inicio.

“Es que ellos siguen jugando a las víctimas”, evaluaban en Cancillería las declaraciones que llegan desde Montevideo. “Su objetivo es sacar el tema de las papeleras de La Haya porque, según lo que dictaminó la Corte, si después hay que pagar indemnizaciones a la empresa lo tienen que hacer ellos. En cambio, si hay monitoreo conjunto, Argentina no tiene por qué reclamar nada”, agregaban.

Ya más tranquilos, con los funcionarios de vuelta en el edificio moderno de la Cancillería, imaginaban que el resultado más importante de la arriesgada incursión de Taiana por Gualeguaychú sería que los cortes de ruta no volverán en el corto plazo. De última, el objetivo más potente en la estrategia de “contención” a los asambleístas. “Razonablemente, los cortes no tendrían que volver. Taiana se fue con aplausos. En la estrategia que la Cancillería lleva adelante están incluidos en gran medida los reclamos de la asamblea. Para más, ahora también tenemos a dos abogados suyos como parte del equipo”, respondían.

Lo de los abogados, ahora reconocían, llegó tarde. “A La Haya fueron dos abogados de Entre Ríos y Romina Picolotti. Pero esos abogados representaban a la gobernación. Tendríamos que haber llevado a especialistas de la asamblea porque tienen un par de abogados que son muy buenos. Ahí, la verdad, nos equivocamos. Diría que fue un error táctico”, sostenía, sincero, un alto funcionario de la Cancillería.

Pero, obviamente, tratándose de una asamblea que no tiene jefes definidos y que ha tomado muchas definiciones en caliente tampoco se animaban a dar por totalmente descartada la posibilidad de que se reanuden los cortes. “De última, ellos reaccionan como les sale. Nosotros vamos y les proponemos estrategias jurídicas, pero ellos lo que tienen es un problema social”, admitían.