Los industriales del cuero amenazan con convocar un laudo oficial para forzar que parte de los cueros crudos exportados se vuelquen al mercado interno, donde ese insumo se habría encarecido un 12 por ciento en los últimos días. El problema planteado por los industriales del sector apunta nuevamente hacia el sensible tema de la producción de carne y la libertad para exportar.

Según precisa Raúl Zylberstein, titular de los marroquineros, el problema se origina por una sostenida demanda de cuero versus una producción ganadera en retroceso, ya que la cantidad anual de cabezas faenadas se retrotrajo de 15 millones a 12. Para mal del sector, el 85 por ciento del cuero sin procesar se exporta, lo que empuja hacia arriba el valor en el mercado interno.

La alarma se encendió en los últimos días, con aquella suba en el precio del producto, que podría acentuarse cuando comience la temporada alta, el próximo mes. Para entonces, la brecha entre el requerimiento del insumo y la oferta podría provocar un salto aún más abrupto. “Queremos que el tema se resuelva dentro de la cadena de valor. Pero si esto no es posible, le pediremos al Gobierno que laude”, advierte aquel empresario.

En marzo de este año, Felisa Miceli anuló una resolución firmada por Roberto Lavagna, que había disminuido del 15 al 8 por ciento los derechos de exportación que pagan los cueros crudos. Pero esa suba sobre las retenciones no habría sido suficiente para frenar la venta al exterior de esos bienes, cuyo gravamen triplica al que pagan los productos terminados (5 por ciento).

“Existe una fuerte amenaza creciente a esta industria, que es de mano de obra intensiva y cuerodependiente. Se sigue exportando materia prima sin manufacturar, mientras que los precios del cuero salado, en el mercado interno, aumentaron un 12 por ciento en los últimos diez días”, sentenciaron ayer en un comunicado conjunto las cámaras de la Industria del Calzado y de la Industria Manufacturera.

La ocasión de esta advertencia mediática fue la apertura de una exposición anual del sector a la que concurrió el secretario de Industria, Miguel Peirano, principal interlocutor del Gobierno con los industriales molestos. Lo que aún no está claro es si habrá algún esfuerzo adicional desde el Gobierno al que ya hizo Economía meses atrás cuando resolvió aquella suba en las retenciones con el fin de reorientar la producción al mercado interno.

El tema puede resultar especialmente urticante para el Gobierno ya que la solución de fondo, aunque no inmediata, es la mayor producción de ganado. El plan ganadero oficial que se anunció días atrás, con préstamos subsidiados y aportes no reintegrables, no satisfizo los reclamos de los productores que convocaron a la última medida de fuerza y que claman por una reapertura total e inmediata de las exportaciones, amén de una reducción o, en lo posible, eliminación de las retenciones. Según los productores ganaderos, éstas serían condiciones necesarias para estimular a un sector que se lamenta por la baja rentabilidad.

Sin involucrarse directamente en esa discusión, los fabricantes de calzados y marroquinería señalan a Brasil como un modelo de país que, gracias a la aplicación de una política oficial certera, en poco tiempo triplicó su producción ganadera y se convirtió en el principal exportador de cuero del mundo. Para los industriales argentinos, una competencia imbatible.