En el primer semestre, las exportaciones de productos alimenticios alcanzaron los 4280 millones de dólares, 18,9 por ciento más que en el mismo período del año anterior. El impulso se generó por el lado de los volúmenes, que crecieron un 18,1 por ciento, pues el valor promedio de cada tonelada fue de 259,8 dólares, apenas 0,7 por ciento más que en el primer semestre de 2005. Los datos surgen de un estudio difundido ayer por la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES) y sirven para relativizar las reiteradas quejas que viene formulando la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) sobre la situación del sector.

El aumento de las exportaciones, junto con la mayor demanda interna, es lo que explica el fuerte incremento de las inversiones en el primer semestre. Según datos del Centro de Estudios de la Producción, entre enero y mayo se confirmaron proyectos de inversión destinados a la formación de capital por 8638 millones de dólares, el 88 por ciento del total verificado en todo 2005. La industria manufacturera concentró el 26,4 por ciento, fundamentalmente en obras destinadas a ampliar la capacidad de producción en las ramas alimenticias. Esas inversiones permitieron bajar el porcentaje de utilización del 76 al 72,3 por ciento en el último año.

En lo que refiere a las exportaciones, su composición indica que el 51 por ciento del valor exportado correspondió a ventas de subproductos oleaginosos, el 39 por ciento a aceites, el 7,9 a lácteos, el 1,1 a harina y el 1 por ciento a azúcar. El principal destino de esos productos es la India, con el 10,3 por ciento en valor y 5,8 en volumen; seguido por los Países Bajos, con el 9,6 y el 12,7 por ciento respectivamente. El tercer puesto lo ocupa España, con el 7,5 en valor y 10,8 en volumen. Italia quedó en el cuarto lugar, con el 5,9 en valor y 8,1 en volumen.

El informe de IES destaca que todas las ramas de la industria alimentaria incrementaron sus ventas al exterior en el primer semestre. Aceites subió un 20 por ciento en toneladas y 13,3 por ciento en dólares, harinas 12,5 y 26,1 por ciento respectivamente. Mientras que en el caso del azúcar el incremento fue de 259,5 por ciento.

Pese a que la suba generalizada de las ventas externas e internas muestra que continúa el proceso de expansión iniciado en 2002, la Copal se dedicó durante los últimos meses a cuestionar los acuerdos de precios impulsados por el Gobierno, intentar frenar los aumentos de salarios, exigir programas públicos destinados a la promoción de inversiones, solicitar reintegros a las exportaciones e instrumentación de subsidios y tasas preferenciales para los créditos que toman las pymes del sector, reclamar la eliminación de tasas municipales y quejarse por los proyectos de leyes laborales que se encuentran en el Congreso Nacional.