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Argentina y Brasil firmarán en 30 días el acuerdo automotor bilateral que negocian desde hace siete años, tras fracasar en su intento de sellarlo en la cumbre del bloque comercial. El consenso alcanzado supone una ampliación de los cupos de intercambio compensado para extenderlos progresivamente hasta el 2006, cuando se espera que comience a regir el libre comercio. Esto permitirá que en el corto plazo Argentina aumente sus exportaciones al vecino país. En el mediano plazo, la permanencia de las terminales quedará pendiente de una potencial especialización intrafirmas.
La actual realidad argentina no fue la ideal para negociar desde una posición de fuerza. Como siempre, el acuerdo lo realizó primero el sector privado –las terminales son las mismas a ambos lados de la frontera– y luego se consiguió la garantía del acuerdo entre los estados. Como resultado Argentina gozará de un nuevo flex de intercambio compensado. El memorando de entendimiento establece para este año una relación 2 por 1, 2,2 por 1 para el 2003, 2,4 por 1 para el 2004 y 2,6 por 1 en 2005. Luego regirá el libre comercio.
A diferencia del trabajoso acuerdo alcanzado en el año 2000, esta vez los intereses se invirtieron. Antes se trataba de evitar un exceso de importaciones desde Brasil. Ahora de exportar lo más posible, por eso los negociadores brasileños siempre tuvieron en mente evitar al máximo los desequilibrios de su balanza comercial. El 75 por ciento de los 1200 millones de dólares de superávit comercial que tuvo la Argentina con Brasil durante 2001 se debió al saldo favorable del sector. Las terminales locales confían en que este año podrán exportar al menos el 65 por ciento de su producción, estimada de 200 mil unidades. La estimación es vender 25 mil vehículos a Chile, 50 mil a México y cerca de 55 mil a Brasil.
Según el memorando acordado con Brasil, las normas de origen garantizan un 60 por ciento de los componentes del Mercosur, de los que la mitad deberán ser de Argentina. Fuentes de las autopartistas consultadas por este diario manifestaron su disconformidad con este punto, al señalar que se trataba de un nivel inferior al acordado en enero entre AFAC y Adefa (autopartistas y terminales, respectivamente). El secretario de Industria, Carlos Leone, dijo a Página/12 que el acuerdo establece la composición mínima de partes locales, por lo que los privados podrán excederlas cuanto deseen.
El funcionario se mostró satisfecho por la inclusión de una cláusula de integración productiva que tendrá como objetivo de mediano plazo la especialización de las terminales en productos distintos a ambos lados de la frontera (a fin de evitar la concentración de firmas en Brasil) y la sustitución del 40 por ciento de las piezas y componentes que actualmente se importan.
Leone también presentó como un logro la ampliación del convenio de créditos y pagos recíprocos entre los bancos centrales de ambos países, el que hasta ahora permitía financiar operaciones de comercio exterior de hasta 100 mil dólares, que en adelante se ampliará a 300 mil. Además, el secretario explicó a este diario que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil prestará un dólar por cada dólar de deuda que sea cancelado por las terminales por operaciones anteriores. Teóricamente, esto permitirá disponer de 200 millones de dólares para financiar futuras operaciones. Se estima que existen deudas por operaciones previas a la devaluación por alrededor de 500 millones de dólares.