La crisis de Air Madrid vivió ayer una nueva vuelta de tuerca cuando comenzaron a correr fuertes rumores de que su propietario, el empresario hotelero José Luis Carrillo, estaría dispuesto a venderla antes de verse obligado a presentar quiebra. La noticia no fue confirmada por la empresa, mientras que otras versiones indicaban que ya se habría efectuado ante los juzgados mercantiles de Madrid la convocatoria a un concurso de acreedores.

Según fuentes de la empresa, la línea aérea estaría valorada en aproximadamente 500 millones de euros, una cifra que no comparten los analistas económicos, quienes subrayan que según los datos oficiales del Registro Mercantil madrileño, Air Madrid perdió durante el ejercicio 2004 siete millones de euros, obteniendo resultados negativos también durante 2005 y 2006. La propia empresa reconoció que recién el próximo año tenía previsto obtener ganancias, luego de haber facturado 500 millones de euros durante el presente ejercicio, transportando dos millones de pasajeros, cifras todas ésta pendientes de una comprobación más exhaustiva ya que no fueron declaradas oficialmente por la compañía.

Ayer hizo su primera aparición pública la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, para ratificar que hoy partirán desde Madrid los últimos vuelos fleteados por su cartera hacia América latina, ya que “el gobierno no puede pagarles las vacaciones a los ciudadanos y nosotros no somos una agencia de viaje”. Según datos del ministerio, los aviones de Air Madrid habrían realizado en algunos casos más de 300 horas de vuelo por encima de las permitidas sin pasar por una completa revisión técnica, violando la normativa de seguridad española.

Distintas fuentes indicaron que el propietario de la aerolínea habría intentado sin éxito convencer a dos compañías aéreas de la competencia, Span Air y Air Europa, de que le compren la empresa antes de que sea demasiado tarde. Al encontrarse ante esta negativa, Carrillo habría tentado fortuna entre sus amigos del sector de la construcción y con un grupo de inversores internacionales, sin que hasta el momento se haya podido confirmar en qué estado se encuentran sus tratativas.