Pese a que este año cerrará sus cuentas con un importante déficit operativo, la provincia de Buenos Aires logró colocar un título de deuda por 400 millones de dólares a 21 años de plazo a una tasa del 9,6 por ciento. “Los protagonistas de las compras que llegaron del exterior fueron no sólo los habituales inversores institucionales de los Estados Unidos sino también los de la Comunidad Europea y Asia, que realizaron el 55 por ciento de las compras”, aseguró Denis Kelly, director de Deutsche Bank, el banco de inversión que actuó como agente financiero de la provincia.

“La demanda superó el monto de la emisión, que fue cuatro veces sobre subscripta, lo que refleja la muy buena aceptación de transacción en los mercados locales e internacionales”, comentó Sebastián Reynal, director del Deutsche Bank. A su vez, la calificadora internacional de riesgo crediticio Moody’s asignó una nota “B3” a la provincia. “La calificación refleja la evidente recuperación económica en la provincia y a nivel nacional”, afirmó Moody’s.

Más allá de los elogios de Moody’s y la gestión del Deutsche Bank, el financiamiento que consiguió la administración de Felipe Solá no tiene otra explicación por la gran liquidez internacional que existe nuevamente en los mercados. Más aún, después del susto que provocó el cimbronazo de la Bolsa china un mes atrás, los inversores especulativos parecen haber vuelto a la carga, en busca de unos puntos más de rentabilidad en los llamados “mercados emergentes”.

Y la codicia de los especuladores puede más que la memoria. Buena parte de los que compraron títulos de la provincia de Buenos Aires son inversores europeos y asiáticos que no escarmientan. Ya se clavaron con el default del Estado argentino en el 2001, y luego rechazaron el canje de deuda del gobierno nacional, creyendo que así podrían en algún momento reclamar el cobro de sus acreencias sin quita alguna. Ahora, le prestan a una provincia que preveía para este año un déficit operativo de 1600 millones de pesos, pero que después de los últimos aumentos a estatales y docentes cerrará con un rojo superior a los 3000 millones.