Empresas del autotransporte de cargas y el gremio camionero llegaron ayer a un acuerdo para fijar un ajuste salarial al sector del 16,5 por ciento con vigencia hasta el 30 de junio del 2008. Hoy, en la Casa de Gobierno y con Néstor Kirchner y Carlos Tomada como anfitriones oficiales, serán anunciados otros pactos de recomposición salarial similares, que abarcarán a UPCN, textiles, peones de taxis, construcción y encargados de edificios (porteros), respetando una mejora semejante, próxima a las expectativas del Gobierno, aunque con distintas modalidades de pago. Entre los que hasta anoche no habían conseguido consensuar con sus empleadores está el sector metalúrgico, que brega por la eliminación de la categoría de peón.

El gremio de Hugo Moyano hizo punta al clausurar ayer una discusión en aquellos términos, que los empresarios subrayaron como “extraordinario”, no ya por la envergadura del aumento sino por lo prolongado del pacto, que implica no reabrir el diálogo con los trabajadores hasta el segundo semestre el año que viene. Algo semejante podrían hacer en las próximas horas los trabajadores de la construcción nucleados en la Uocra, que lidera Gerardo Martínez. Los estatales de UPCN, con Andrés Rodríguez a la cabeza; la UTA que encabeza Roberto Fernández, los taxistas de Omar Viviani y los porteros conducidos por Víctor Santamaría cerraron ayer acuerdos en torno del 16,5 por ciento, que cobrarán en aumentos parciales a lo largo de los próximos seis meses.

Ni los gremios ni el gobierno admiten hablar de algún marco común para ese eventual paquete de acuerdos, aunque ayer en la cartera laboral se trabajaba con la idea de poder demostrar un avance concreto en el cierre de las paritarias en curso. Esos acuerdos implican sujetar los aumentos en las remuneraciones a un nivel que desde la Casa Rosada se considera compatible con la pauta inflacionaria prevista y que constituye una premisa hasta ahora sólo sugerida oficiosamente en la intimidad de las negociaciones en las que los funcionarios tienen intervención.

Muchas discusiones devinieron en medidas de fuerza que quedaron suspendidas por conciliaciones obligatorias dictadas por Trabajo. A veces con brechas importantes entre las pretensiones gremiales y las propuestas patronales. Un ejemplo nítido es el de los trabajadores del neumático, alineado en la CTA, que reclaman un incremento del 38 por ciento, contra el 10 en dos etapas que ofrecieron los empleadores.

Hay otros tantos gremios que están en situación similar, tratando de forzar recomposiciones que implicarían perforar aquel techo. Entre ellos, los gremios metalúrgicos, que se enfrentan a dos cámaras patronales, Adimra y Afac, que en conjunto suman alrededor del 70 por ciento de los trabajadores del rubro.

El miércoles, en cambio, la UOM cerró acuerdos con otras cámaras patronales, cuyos miembros se avinieron a pagar ajustes escalonados entre el primero de abril y octubre y que, para aquella fecha, implicarán una mejora del 19,13 por ciento en las remuneraciones. A esos ajustes se les añadiría el pago de dos cuotas fijas de 100 pesos no remunerativos en septiembre y en febrero del año próximo.

Lo que impidió sellar un convenio paritario al resto de los trabajadores del sector fue la negativa de las otras cámaras metalúrgicas a eliminar la categoría de peón, que prácticamente no existe para los que sí se avinieron a aquella mejora salarial. En el caso de Adimra y Afac, esa instancia inicial en el escalafón involucra a un número relativamente importante de trabajadores que, al ser automáticamente recategorizados, tendrían de hecho un aumento superior al 19,13 por ciento que beneficia al resto. Hasta el momento, los empresarios se han negado a afrontar ese mayor costo.

Petroleros, gastronómicos y ferroviaros, entre otros, continúan con discusiones estancadas y con medidas de fuerza suspendidas que pueden retomarse apenas termine la conciliación.