El contrato de exploración y producción de un área petrolera y gasífera en Santa Cruz, similar a otro previo firmado en Chubut, expuso un modelo de asociación entre los estados provinciales y las empresas privadas que hubiera merecido un debate mucho más profundo, después de la experiencia de los ’90 y ahora que el país se ve enfrentado otra vez a peligrosas restricciones energéticas. Sin embargo, hasta ahora las contrataciones habían pasado con objeciones limitadas a espacios muy acotados, hasta que ayer un ex gobernador santacruceño se decidió a mover el avispero. Sergio Acevedo, el sucesor de Kirchner al frente de la provincia, que el año pasado dejó el cargo después de fuertes diferencias con el poder central, afirmó que el camino que se ha tomado “atenta directamente contra las posibilidades de que haya empleo, haya industria, que se preserve el medio ambiente, que renovemos nuestros activos energéticos” y que, en definitiva, se trata de “una profundización del menemismo”. Tras hacer estas declaraciones en un medio local de Comodoro Rivadavia, Acevedo conversó con Página/12. Por su parte, el vicepresidente de Pan American Energy respondió a las críticas al contrato defendiendo el modelo adoptado (ver notas aparte en esta página).

Acevedo hizo su reaparición pública en la ciudad de Caleta Olivia, Santa Cruz, para respaldar una convocatoria del diputado Héctor Di Tulio para oponerse a los contratos de concesión de áreas petroleras a empresas privadas sin licitación. El planteo sigue la línea del formulado por el senador Hipólito Solari Yrigoyen contra la renegociación del contrato del gobernador chubutense, Mario Das Neves, con Pan American Energy, para la explotación del yacimiento Cerro Dragón. El amparo presentado por Solari, pidiendo la nulidad del contrato, fue declarado inválido por la Justicia, luego de que el contrato resultara aprobado por mayoría por la Legislatura provincial.

Idéntico camino parece seguir un contrato similar firmado este lunes entre la misma empresa y el gobernador santacruceño, Daniel Peralta, siguiendo las mismas condiciones que el anterior: renovación por diez años de la concesión a partir de su vencimiento (de 2017 a 2027) y la posibilidad de continuar como operador del área por 20 años más, cuando una empresa provincial tome la titularidad de la misma (Petrominera en el caso de Chubut, Fomicruz en el caso de Santa Cruz). A cambio, la empresa se compromete a hacer las inversiones para desarrollar el área, recuperar reservas y seguir manteniendo su capacidad de producción, tanto de petróleo como de gas, que la convierte en una de las explotaciones de mayor rendimiento hidrocarburífero del país.

Por sus condiciones y magnitud, estos dos contratos son considerados el modelo a seguir por las provincias petroleras en las renegociaciones que se vienen.