En su primera actividad oficial como ministro de Economía designado, Miguel Peirano se dio el gusto ayer por la mañana de anunciar el desembarco en el país de la japonesa Honda, que invertirá 100 millones de dólares para construir una planta automotriz en la provincia de Buenos Aires. La fábrica, que estaría lista a fines de 2009, tendrá una capacidad productiva de 30 mil unidades anuales y empleará a 800 trabajadores. “Es una inversión sumamente relevante, no solamente por su monto e implicancias en términos de empleo, sino por lo que significa como señal de confianza”, aseguró el flamante ministro en una conferencia de prensa realizada en la Casa de Gobierno. Mañana será el turno de General Motors, que anunciará en Rosario el lanzamiento de un nuevo modelo.

Los directivos regionales de Honda le comunicaron la novedad al presidente Néstor Kirchner durante una reunión que mantuvieron en Casa de Gobierno. Allí también estuvieron presentes Miguel Peirano, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Planificación, Julio De Vido, pero la tarea de transmitir públicamente la noticia se le asignó al flamante ministro, que asumió de apuro luego del desplazamiento de Felisa Miceli.

“Estamos frente a una industria que crece en inversiones e integración nacional, compatibilizando una fuerte presencia en el mercado interno con dinámica en las exportaciones y con productos tecnológicamente de avanzada”, afirmó Peirano. Luego agregó que la decisión de Honda ubica a la Argentina en el selecto grupo de 16 países en los cuales la multinacional de origen japonés fabrica automóviles.

Honda comercializa vehículos en el país desde 1978, pero recién en junio del año pasado inauguró en Florencio Varela su primera planta fabril, donde produce sólo motos Honda Biz C105. Los autos para la región los producía exclusivamente en Brasil, pero ahora también los hará en la Argentina. Entre los motivos que llevaron al desembarco se destacan el crecimiento del mercado interno, el tipo de cambio alto, el bajo costo que representan los salarios medidos en dólares y el fuerte apoyo que viene recibiendo el sector por parte del Estado. “Son decisiones de largo plazo y estamos muy contentos por ello”, aseguró ayer Leandro Risso, gerente general de Operaciones de Automóviles de Honda, quien estuvo acompañado en la Casa de Gobierno por el titular de Honda South America, Sho Minkeawa, y otros directivos de la empresa.

La industria se recuperó rápidamente luego de la crisis, aprovechando el altísimo porcentaje de capacidad ociosa que había quedado. En 2002 se fabricaron 160 mil vehículos, dos años después 260 mil, en 2006 la producción llegó a 432 mil y para este año se espera superar las 500 mil unidades, acumulando un crecimiento superior al 200 por ciento en cinco años. El mercado interno ha sido un motor fundamental, pero las posibilidades de exportar también incidieron de modo decisivo. En la actualidad, se venden unidades a 81 países, destacándose fundamentalmente los mercados de Brasil, México y Chile.

Este impulso llevó al sector a prometer 3500 millones de dólares de inversión para el período 2007-2010. Según las proyecciones de Adefa, en estos cuatro años la producción llegará a 750 mil unidades, aunque los más optimistas aseguran que se podría festejar el Bicentenario de la República produciendo un millón de unidades. Los empresarios también prometen un crecimiento en el número de empleos (de 115 a 170 mil) y de las exportaciones (300 a 450 mil unidades). “Las políticas de Gobierno tanto macro como sectoriales han generado un clima muy propicio para la industria automotriz”, sostuvo Peirano al explicar la bonanza del sector.

Ese “clima propicio” quedará nuevamente en evidencia mañana cuando el CEO de General Motors, Rick Wagoner, anuncie en Rosario la puesta en marcha de un plan de inversión por cerca de 350 millones de dólares para producir un nuevo modelo en el país. De este modo, la multinacional estadounidense confirmará que Argentina se ha convertido en un punto central para su estrategia de expansión regional.