En la misma semana que Honda anunció la radicación de la primera planta para la fabricación de vehículos en la Argentina, General Motors aseguró ayer que desembolsará 200 millones de dólares para ampliar la capacidad productiva de su planta rosarina con el propósito de fabricar dentro de tres años un coche pequeño. Como una prueba de la envergadura que el Gobierno asigna a los anuncios de inversión, en este caso realizado por el presidente de la automotriz norteamericana, Rick Wagoner, Néstor Kirchner, Julio De Vido (Planificación), Miguel Peirano (Economía) y Aníbal Fernández (Interior) asistieron al acto donde el primer mandatario aludió expresamente a las dificultades energéticas.

“Al haber crecido estos cinco años en forma consecutiva, cerca del 50 por ciento, claro que tenemos que invertir en infraestructura”, aseguró el Presidente, aludiendo básicamente a la necesidad de invertir en nuevas generadoras y redes para el transporte de gas y electricidad. “Evidentemente, vamos a estar siempre al límite, entonces tenemos que aprender a administrar con responsabilidad y seriedad nuestra energía, una conducta de administración energética que nos permita también poder garantizar y profundizar todas las inversiones que se están haciendo”, sentenció.

General Motors encaró un plan regional de 500 millones de dólares de los cuales 100 serán destinados a un centro de desarrollo. El resto se repartirá en partes iguales para ampliar la capacidad productiva de las plantas de Brasil y Argentina. La firma prevé desarrollar en la fábrica rosarina un nuevo modelo de auto pequeño que estará en el mercado en el año 2010 y sobre el cual la empresa no quiso anticipar muchos detalles.

Se trata de un proyecto fundamentalmente orientado a la exportación, ya que la idea es vender el 85 por ciento de la producción a países de América latina y Medio Oriente. “Elegimos Argentina porque la economía y el mercado están creciendo por la calidad y el alto grado de seguridad de la planta”, sentenció Wagoner. La empresa no detuvo su plan de expansión en el país a pesar de las restricciones energéticas. La industria automotriz, de hecho, registró un record histórico de producción el mes pasado, justo cuando empezaron a arreciar las dificultades de abastecimiento de electricidad, gas y gasoil.

Kirchner se entusiasmó con la posibilidad de que la inversión de General Motors genere 350 puestos de trabajo directos y más de 1200 indirectos. “Se sigue industrializando la Argentina: siguen creciendo la industria, el trabajo, la confianza del país”, destacó. “La industria este año sigue creciendo cerca del 6,4 por ciento y, a pesar de las paradas y algunos problemas energéticos que tuvimos, solamente el 0,1 por ciento retrocedió en junio”, remarcó el Presidente, en otra alusión expresa a las dificultades que la escasez ocasiona al sector productivo.

Felipe Rovera, presidente local de GM, también minimizó esas dificultades augurando que “el problema energético se va a solucionar en un futuro” y que “el país saldrá victorioso ante estos desafíos”.

Hubo otro punto de contacto entre el optimismo oficial y el entusiasmo de la automotriz que, como el resto de las terminales, atraviesa un momento de fuerte crecimiento, que se aprecia en la asignación por parte de las casas matrices de nuevos modelos para producir en el país. Wagoner, el Ceo de la principal compañía estadounidense del sector, aseguró que aplaude “la administración del presidente Kirchner por su trabajo con la industria automotriz en el país y para la región. Las políticas argentinas están permitiendo inversiones, conseguir cinco millones de horas trabajadas sin accidentes y record de ventas”, subrayó el ejecutivo, escoltado por Rovera y la gerenta para América latina, Mauren Kempston. El gobernador Jorge Obeid, Rafael Bielsa y Carlos Alberto Reutemann integraron el resto de la tribuna política que acompañó el anuncio inversor.