Ocho meses después de que empezara a operar el reactor nuclear en Australia, la empresa estatal Invap se anotó en una nueva carrera para construir otro equipo. La compañía holandesa NRG le comunicó ayer a la empresa con sede en Bariloche que fue precalificada en el concurso internacional que definirá la fabricación de un nuevo reactor experimental en la localidad de Petten.

Se trata del Pallas, que tendrá un rango de potencia de entre 30 y 80 megavatios. Fuentes del Invap señalaron a Página/12 que la potencia estimada duplicará la del OPAL instalado en Australia, que tuvo un costo de 200 millones de dólares. Invap es una compañía pública que pertenece a la Comisión Nacional de Energía Atómica y la provincia de Río Negro.

El reactor tendrá fines medicinales: producirá isótopos que son utilizados para los tratamientos contra el cáncer, en diagnósticos por imágenes y en la esterilización de instrumental descartable.

Los otros dos grupos empresarios precalificados, que competirán directamente con la empresa local, son la mayor productora de reactores del mundo, la franco-germana Areva, y una compañía de Corea del Sur. La definición del concurso será a comienzos de 2008. Al igual que en el caso del OPAL, ahora también se trata de un emprendimiento “llave en mano”. Llegado el caso, en Bariloche se construirían los denominados componentes críticos del reactor y técnicos argentinos viajarían a Holanda para organizar y participar de la instalación. Se estima que harían falta unos 70 técnicos del Invap para construir el equipo. Para este proyecto, Invap se asoció con la empresa Isolux Ingeniería de España, que se encargará de cotizar la obra civil y las tareas de ingeniería, la fabricación y el montaje de la parte convencional del reactor.

En la compañía rionegrina creen que la reciente experiencia exitosa en Australia, sumado a los proyectos concretados en Egipto, Argelia y Perú juegan a favor de la empresa estatal argentina. En caso de ganar en la licitación, el contrato se rubricaría en 2008 y las obras demandarían un total de cinco años. Pablo Abbate, jefe de proyectos de Invap, aseguró que la precalificación lograda ayer en Holanda “significa un reconocimiento a logros alcanzados en estos años, posibles gracias a la política de Estado implementada por el plan nuclear nacional, así como también a la inversión del Estado nacional en formar una base tecnológica en el área nuclear”.

El reactor en Australia fue una obra que estuvo precedida de una dura batalla política que duró seis años. La fuerte presión de Greenpeace y otros grupos ambientalistas logró retrasar las obras. Habían denunciado la posible importación, por parte de la Argentina, de residuos nucleares. Finalmente, esos desperdicios irán hacia Estados Unidos.