Jueves, 20 de diciembre de 2007 | Hoy
En ese estado comenzarán las primarias el 3 de enero. Allí, los votantes parecen preferir al demócrata Obama y al republicano Huckabee, en desmedro de los favoritos.
Por Leonard Doyle *
desde Washington
A menos de dos semanas de que el pequeño, rural y básicamente blanco estado de Iowa decida a quién quiere en la Casa Blanca, ayer indicó que rechazará a los favoritos en favor de dos improbables candidatos, Barack Obama y Mike Huckabee. Como resultado, el 3 de enero será algo revolucionario para los demócratas y los republicanos. Confirmará lo que otras encuestas en el país ya muestran: los votantes están pidiendo un cambio en las elecciones de 2008. Una victoria del senador Obama y el ex gobernador Huckabee en las primarias de Iowa enviarán ese pedido como un tornado a través del país, influenciando en el proceso al resto de los estados importantes.
Una encuesta del diario The Register de Des Moines dijo ayer que el senador Obama estaba adelante en la carrera por la nominación demócrata, con Hillary Clinton en el segundo lugar. Un escenario dantesco se asoma para la campaña de Clinton en Iowa si cae al tercer lugar la noche de las primarias. Sucede lo mismo en el lado republicano cuando el otrora desesperanzado Mike Huckabee surge como un gigante político. Saltó delante de su rival Mitt Romney para tomar el primer lugar en las encuestas de los republicanos. The Register dijo que el 29 por ciento de los votantes de Iowa que intentan sortear el frío helado de enero lo apoyan. Es un salto asombroso de 17 por ciento desde la última encuesta a principios de octubre, cuando el evangelista de la televisión iba a la zaga de Romney y de la ex estrella de televisión de La Ley y el Orden, Fred Thompson.
Los sureños son candidatos presidenciales más populares y Huckabee no es diferente. Usando la intuición para diseñar la campaña, con poco dinero en el banco, el ex gobernador de Arkansas (como Bill Clinton) aprovechó una profunda vena de apoyo entre los cristianos conservadores de Iowa. Estas son malas noticias para Romney, que apostó todo a ganar en Iowa, invirtiendo más tiempo y dinero que cualquier otro republicano. Tiene un pequeño ejército de empleados a tiempo completo y gastó cientos de millones de dólares en publicidad de televisión y radio con pocos resultados. El ex gobernador de Massachusetts cayó 5 puntos desde octubre. Rudy Giuliani sigue siendo el favorito de los republicanos a nivel nacional, y él también está viendo cómo su liderazgo en el país pierde terreno. Huckabee saltó a un segundo lugar, a sólo dos puntos de él. Existe una creciente sensación de que los votantes prefieren rechazar a los candidatos con statu quo a favor de los menos conocidos. La encuesta del The Wall Street Journal encontró que dos tercios de los votantes expresaban descontento –el más alto nivel de infelicidad en 15 años–. Esto se ve más claramente en la campaña del congresista Ron Paul, un radical aislado. Reunió 18 millones de dólares –incluyendo un record de 6 millones en un solo día, el domingo– y le podría ir muy bien en las primarias de New Hampshire el 8 de enero. Los competidores republicanos y demócratas pasarán las próximas dos semanas alrededor de Iowa confrontando a los votantes que quieren ver un cambio más que estabilidad.
También hay señales de pánico en el círculo de campaña de Clinton. Contrató un helicóptero (su campaña lo llama el Hillicóptero) para ir y volver por Iowa más efectivamente con su madre, su marido y el basquetbolista Magic Johnson a la zaga. La llaman “la gira de la habilidad para gustar”, en la que el foco de su campaña ha girado de la cabeza al corazón. No teniendo que ser un halcón de política exterior, Bill Clinton está enfatizando ahora el lado humano de su mujer.
La semana pasada, Dorothy Rodham, de 88 años, surgió en el gélido clima de Des Moines para atestiguar que su hija es una “buena persona”. El lunes, Iowa estaba inundado con videos en los que viejos amigos, que se remontaban a sus días en la escuela primaria, hablaban de “la Hillary que yo conozco”, hablando de su gran personalidad y sentido del humor.
Es difícil predecir qué sucederá. Como le dijo un asistente de campaña de Clinton en New Hampshire a The Washington Post: “Estoy nervioso. La campaña de Obama se parece a la de Jack Kennedy. Parecen tan excitados. Cuando llamo a los cuarteles de Hillary, no hay electricidad. Da miedo”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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