Así como en la Argentina existieron los caceroleros protestando en las puertas de los bancos en 2002 por el corralito, en Luxemburgo están los que alzan sus reclamos con secadores de pelos. Al grito de “descongelen nuestros depósitos”, aproximadamente 150 manifestantes reclamaron frente a la puerta de la filial luxemburguesa del banco islandés Kaupthing, por el acceso a su dinero. Como sucedió en Alemania, Noruega y Bélgica, las cuentas de los clientes de las filiales de la entidad islandesa fueron congeladas la semana pasada tras la nacionalización de la casa matriz, enfrentada a un grave problema de liquidez. Por otro lado, los manifestantes denunciaron en Bruselas sus dificultades para pagar sus facturas o la compra de bienes inmobiliarios planificada desde hace meses. En Bélgica, Kaupthing fue activo a través de su cuenta de ahorros, a la cual habían suscripto 10.000 personas en los últimos meses y ahora tienen que lidiar con el “corralito europeo”. Los manifestantes fueron recibidos ayer por las autoridades del gobierno de Luxemburgo, que aseguraron que “están buscando una solución para ayudar a los ahorristas”.