Desde Mar del Plata

Julio Cobos, en ejercicio de la presidencia, habló anoche ante los casi novecientos empresarios que convocó este año el Coloquio de Idea, una tribuna a la que el kirchnerismo siempre fue esquivo. “Con este nuevo tema que está en el Congreso –en alusión al proyecto de reforma previsional– la dirigencia política tiene una buena oportunidad de demostrar su capacidad de buscar consenso”, por lo que recomendó “tratarla sin prisa”. Poco antes de subir al estrado había declarado que, de tener que votar la ley que elimina el régimen de capitalización, “la aprobaría, pero con matices”, dejando en claro sus distancias respecto de la política que se instrumenta desde la Rosada. Al final de su exposición, a poco de la medianoche, se escucharon aplausos corteses pero poco entusiasmados. Entre los que batían palmas estaba el agradecido Hugo Biolcati, líder de la Sociedad Rural.

Fuera del estrado, el vice en ejercicio se refirió de modo más contundente a la iniciativa que terminará con la capitalización para explicar que, a su criterio, el proyecto ameritaba una previa ronda de consultas entre los partidos políticos. Así las cosas, el texto justifica un debate extenso, para discutir de modo exhaustivo. “¿Por qué cree que cuando se plantean medidas progresista la sociedad reacciona en contra?”, le preguntó la prensa. “Es necesario redistribuir el ingreso. Pero antes hay que generarlo”, respondió el compañero de fórmula de Cristina.

Para el vicepresidente fue una excelente oportunidad para hacerse escuchar frente a un auditorio de empresarios muy nutrido e importante presencia de medios. Para sus anfitriones, la chance de tener a un primer mandatario, reeditando la gloria de tiempos pasados, cuando otros presidentes se acercaban al foro patronal, algo que no ocurre desde Fernando de la Rúa. La invitación a Cobos fue despachada hace poco más de un mes y, según sus colaboradores, desde el primer momento se entusiasmó con concurrir y confirmó la intención de hacerlo. Los organizadores, sin embargo, no lo dieron como número puesto hasta último momento.

“Argentina no tiene problemas de racismo, ni de religión y vive en paz. Pero falta definir una política de mediano y largo plazo”, sentenció anoche desde el estrado, con una tranquilidad propia de quien es ajeno a esa responsabilidad. “Necesitamos un país con mayor institucionalidad. Esto da previsibilidad: cuando un inversor analiza dónde poner su dinero tiene en cuenta este punto”, sentenció. Quizá la reflexión más seductora ante el auditorio empresario.

La atención comenzaba a evaporarse cuando Julio Cleto Cobos centró su exposición en las debilidades que tiene la educación en todos los niveles. “La desigualdad de conocimiento puede ser más inequitativa que la distribución de la riqueza”, introdujo. Minutos después reconoció que, como ex docente, sabía cuándo ya no se podía mantener en vilo a los escuchas y se despidió para darle lugar al demorado postre.

Antes de Cobos, el ex presidente de Chile Ricardo Lagos arrancó aplausos entusiastas cuando recordó que no son los países de América latina los que produjeron la actual crisis financiera. Y que, de haberlo hecho, “tendríamos cantidad de misiones diciéndonos los que deberíamos hacer”.