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La vocera del Fondo Monetario Internacional, Caroline Atkinson, valoró como “muy importante la independencia del Banco Central a la hora de formular la política monetaria”. Fue en una conferencia de prensa, en Washington, al ser consultada sobre el conflicto que derivó en el desplazamiento de Martín Redrado. Sin entrar en detalles sobre la disputa entre el Ejecutivo y el ex funcionario, no se privó de dejar la marca de fábrica del organismo. Apenas 48 horas antes, la misma entidad se había pronunciado en favor de reducir salarios en España y Grecia para contrarrestar la crisis que padecen estas dos economías. Al lanzar la temeraria propuesta, el FMI no parece haber tenido especialmente en cuenta la independencia de estas naciones.

A la hora de fijar posiciones, el FMI defiende principios, pero antes toma en cuenta los intereses en juego. La autonomía e independencia de los bancos centrales, formulada así, en términos absolutos (tal como Redrado la defiende y el FMI respalda), responde a un modelo neoliberal en el que la política monetaria se desentiende de los objetivos de la política social y económica. Es decir, deja al gobierno en condición de indefensión frente a los poderosos.

Pero así como la vocera desde Washington señala su cuestionamiento a la “injerencia” del gobierno argentino en la autoridad monetaria, jamás se le debe haber ocurrido hacer un planteo similar frente a los estímulos económicos decididos por el gobierno de Barack Obama, por más de un billón de dólares, que son emisión monetaria lisa y llana en el país con mayor déficit fiscal del mundo entero. Una conducta similar por parte de un país de la periferia hubiese significado su expulsión del planeta, si del FMI dependiera.

Por supuesto, el FMI volvió a enfatizar sobre el cuidado de las reservas y las políticas restrictivas en materia de emisión monetaria, para preservar la moneda del flagelo inflacionario. ¿Por qué, si Estados Unidos está haciendo exactamente lo contrario, no merece un solo reproche? ¿Dónde está la independencia de la Reserva Federal oponiéndose a esa emisión? La urgencia es de las empresas y bancos estadounidenses. Los costos serán de los países que sigan aceptando como moneda corriente al dólar, reconociéndole el valor de siempre. Quizá por eso, y para que así siga siendo, es que el Fondo no emite ninguna opinión crítica. Tampoco le recomendaría a Estados Unidos bajar salarios en vez de emitir moneda.