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“El mercado de medicamentos exhibe estructuras oligopólicas con ciertas características, tales como la capacidad de la oferta para crear o inducir su propia demanda: quien consume no elige, quien elige no paga y quien paga, suele ser un tercero ajeno a la elección y consumo de los bienes”, indica un informe del Ministerio de Economía. Detalla que estas empresas destinan buena parte de su facturación a la comercialización de sus productos. Allí resalta las acciones de “marketing directo” para los profesionales de la salud, como becas para congresos, viajes y otros incentivos. Según el Gobierno, esas prácticas buscan generar fidelidad a la marca y atentan contra el cumplimiento de la ley Nº 25.649, que obliga al médico a recetar la droga para promover los medicamentos genéricos.

En ese sentido, el ministro de Economía, Axel Kicillof, señalaba días atrás que “no vamos a permitir abusos en un rubro tan sensible. Vamos a hacer cumplir con todo el rigor de la ley la normativa que establece prescribir el nombre de las drogas y no de los medicamentos”.

En la Argentina, alrededor del 56 por ciento de los laboratorios son de capital nacional, mientras que el 44 por ciento restante es transnacional. El peso de la industria local en el sector es más grande que en países limítrofes, como Chile, donde llega al 43 por ciento; Uruguay (26), Brasil (25) y México (12 por ciento). Además, la participación de las empresas nacionales en las ventas totales del sector en el mercado local creció ininterrumpidamente desde el año 2000, de un 46 a cerca de un 60 por ciento del total. Las principales empresas del país son Bayer, Roemmers, Productos Roche, Novartis Argentina, Bagó, Abbott, Glaxo Smithkline, Elea, Raffo y Gador. El 80 por ciento de todas las empresas del sector se encuentran ubicadas en la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, le siguen en importancia Santa Fe y Córdoba.

Desde la cartera de Hacienda advierten que los laboratorios tienen amplio poder de negociación frente a las farmacias porque “son propietarios de las dos principales empresas responsables de la liquidación de los descuentos en medicamentos y, por lo tanto, controlan casi la totalidad de los recursos financieros de toda la cadena comercial”. Las dos empresas en cuestión son Farmalink y Preserfar.