“Los intentos de deslegitimación de la democracia son maniobras desesperadas”, advirtió Cristina Fernández de Kirchner al promediar su discurso en Tecnópolis, en uno de los mensajes que envió a la oposición. La Presidenta recordó una anécdota de 2003, cuando un grupo de empresarios le preguntó por la legitimidad que tendría el gobierno de Néstor Kirchner con el 22 por ciento de los votos y sin ballottage, porque Carlos Menem estaba por desistir de la segunda vuelta. “Lo importante es la legitimidad de las políticas. Fíjense otros que ganaron en 1999 con el 51 por ciento y cómo se tuvieron que ir”, comparó. El segundo tiro por elevación a la oposición fue sobre el final, cuando destacó que había estado hablando una hora y media de políticas industriales y de defensa de los trabajadores sin hacer referencia a ningún político “ni criticar a nadie”. “Los desafío a que prendan la televisión y encuentren un político que no critique a otro. En diez minutos pueden escuchar de todo, lo peor. Eso sí, no se les cae ni una idea”, reprochó.