Jueves, 6 de marzo de 2008 | Hoy
EL MUNDO › DESPUéS DE UN ARDUO DEBATE PRIMó EL PRINCIPIO DE INVIOLABILIDAD DE LA SOBERANíA TERRITORIAL
Si bien Bogotá evitó recibir sanciones y logró atenuar el alcance de la comisión creada para investigar el ataque a las FARC en suelo ecuatoriano, los 34 países de América latina y el Caribe condenaron la violación de la soberanía ecuatoriana y convocaron una reunión de cancilleres.
Los 34 países que conforman la OEA superaron el impasse al que se llegó el martes por la noche, cuando Ecuador y Colombia cruzaron fuego verbal en la sesión del Consejo Permanente sin poder resolver la crisis dilplomática que los envuelve. Luego de 14 horas de negociaciones intensas, el organismo multilateral arribó ayer por unanimidad a una resolución que los dos gobiernos en conflicto consideraron positiva. Así, una margarita asomó en los fusiles de los soldados de Colombia y Ecuador.
Después de un debate demoledor en el que ambos países expusieron el martes el poder de sus alianzas regionales, la OEA acordó ayer que el gobierno colombiano violó el territorio del país vecino.
En sus considerandos, el texto aprobado señala que la incursión militar en suelo ecuatoriano por parte de Bogotá fue ilegal. “El hecho ocurrido constituye una violación de la soberanía y de la integridad territorial del Ecuador y de los principios del derecho internacional”, indica el facsímil, al que tuvo acceso este diario. Asimismo, el acuerdo contiene tres puntos resolutivos. El primero reafirma la inviolabilidad del territorio de un Estado. El siguiente insta a constituir una comisión –no investigadora– de hasta cuatro embajadores encabezada por el secretario general, José Miguel Insulza, para recorrer los lugares que ambas partes le indiquen y elevar un informe. Y en el tercer punto se convoca a una reunión de consulta de cancilleres para el lunes 17 de marzo de este año en la OEA, con el fin de examinar los hechos y el informe de la comisión.
“Ecuador logró mantener los principios. Brasil jugó un rol muy importante y Argentina estuvo siempre. Venezuela y Bolivia también nos respaldaron”, dijo con entusiasmo la canciller de Ecuador, María Isabel Salvador, en entrevista con Página/12. Tras la noticia, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, agradeció a su homólogo brasileño y criticó al mandatario colombiano. “Es un factor de desestabilización para la región”, denunció. Sin embargo, el gobierno de Bogotá se salió con la suya al evitar ser condenado por la acción militar que emprendió el sábado pasado, cuando bombardeó un campamento guerrillero asesinando al número dos de la FARC, Raúl Reyes. En tanto, la autoridad de la OEA, José Miguel Insulza, anunció que visitará el domingo la zona de conflicto.
La magnitud del consenso logrado el miércoles se reflejó en el balance que hizo la canciller ecuatoriana. “Estamos muy satisfechos. La posición de Colombia fue siempre cerrada y quería llevar el tema a otros campos, pero al final cedió muchísimo”, dijo Salvador. No obstante, la ministra reconoció, tal como remarcó la embajada de Estados Unidos, que el gobierno de Uribe no fue condenado directamente por la incursión militar en Ecuador. “Nuestra propuesta no era una condena en particular sino un rechazo a la violación de la integridad territorial de cualquier Estado. Con la ratificación de ese principio de la OEA, tácitamente se rechaza la acción violatoria de Colombia”, señaló Salvador.
La gira que inició el lunes el presidente ecuatoriano Rafael Correa por Sudamérica fue un condimento necesario para que se cocinara la resolución final de la OEA. Luego de visitar Perú y llevarse el apoyo del presidente de ese país, Correa se reunió ayer con el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que luego se ofreció a recibir en su país a Uribe.
Antes de partir para Venezuela para reunirse con el presidente venezolano Hugo Chávez, el líder ecuatoriano se mostró más que conforme en el palacio del Planalto, con lo que entendió como un gran espaldarazo del principal país de la región.
El papel de Brasil no fue menor en las negociaciones. Su presión sirvió para que Washington aceptara resolver el conflicto en el marco de las Américas. Si ayer no se hubiese llegado a un acuerdo, Lula apostaba a resolver la crisis en el Grupo de Río, que se reunirá el viernes y sólo incluye a países latinoamericanos, reveló a la prensa el canciller Celso Amorim. El fuerte respaldo que Washington ofreció a Bogotá y la propuesta que hicieron Chile y Brasil el martes para crear una comisión investigadora parecen haber sido elementos que cambiaron en cuestión de días el escenario político, según señaló a este diario una fuente del gobierno ecuatoriano. A raíz de este nuevo mapa de fuerzas, añadió, Ecuador adhirió a la sugerencia de sus pares sudamericanos y terminó, con una dura pelea mediante, resignando su reclamo principal y originario: la sanción explícita al gobierno de Uribe, que Correa exigió ante la prensa en reiteradas ocasiones.
Por eso es difícil considerar que la victoria de Quito fue aplastante. De lo contrario, el embajador colombiano no se habría mostrado tan contento al conocer los resultados, como lo hizo ayer. “Es una resolución apropiada. No es una condena de ningún tipo”, dijo Camilo Ospina. En cambio, Venezuela y Nicaragua, críticos acérrimos de Uribe, se quedaron con apetito. “Quisiéramos haber ido más allá”, expresó el embajador venezolano Jorge Valero. “El Plan Colombia y el Plan Patriota acechan la seguridad hemisférica, constituyen un peligro continental”, dijo en referencia a la iniciativa contra el narcotráfico y el plan militar desarrollados por Colombia con apoyo de Estados Unidos. Pese a las denuncias, finalmente ambos países apoyaron la resolución.
Aunque Ecuador recibió el apoyo de la mayoría de los países en la OEA, no todos los presentes lo hicieron con la misma consistencia. Mientras Panamá, El Salvador, Uruguay y Guatemala se pronunciaron tibiamente a favor del gobierno de Correa, Canadá y Bahamas se mantuvieron neutrales.
El trabado forcejeo entre los países contendientes quedó plasmado en el texto resolutivo. Quito se llevó algunos puntos a favor, como el reconocimiento explícito de que Colombia violó la carta de la OEA y la convocatoria a una reunión de cancilleres. Por su parte, Bogotá se granjeó el apoyo explícito de la Casa Blanca, que raras veces se pronuncia sobre la región, y logró atenuar el poder de la comisión que Brasil y Chile idearon con ánimos de mediar. “No es una comisión investigadora, sino una comisión que puede ir a los lugares que los gobiernos le puedan indicar”, dijo Ospina en referencia al segundo punto de la resolución. Ese combo fue el que Uribe se llevó ayer, al costo de recibir críticas en su país por el “pobre manejo” que tuvo la cancillería durante el conflicto, como las del senador Juan Manuel Galán, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso.
Informe: Juan Manuel Barca.
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