EL MUNDO › ANUNCIó MEDIDAS CONTRA LOS INMIGRANTES Y LOS CRIMINALES

Mano de piedra Berlusconi

En su primer día tras ser electo primer ministro, dijo que va a cerrar las fronteras y que habrá más policías en las calles.

El líder de la derecha italiana Silvio Berlusconi anunció ayer las primeras medidas de su próximo gobierno. Un día después de su triunfo electoral, Il Cavaliere anticipó mano dura contra la inmigración y los criminales, profundas reformas económicas y la limpieza de Nápoles, afectada por la acumulación de basura. “Una de las primeras cosas por hacer es cerrar las fronteras y establecer más campamentos para identificar a los ciudadanos extranjeros que no tienen trabajos y que son forzados a una vida de crimen”, dijo el dirigente del Pueblo de la Libertad. Ayer su teléfono no paró de sonar. Exponentes de la derecha internacional como Nicolas Sarkozy, George Bush y Angela Merkel llamaron para felicitarlo.

Luego de imponerse por tercera vez en comicios generales, Il Cavaliere, de 71 años, se presentó en Roma ante la prensa rodeado de sus incondicionales. Sacando a relucir su currículum, Berlusconi recordó que ya gobernó Italia en dos ocasiones y que aprendió el oficio. Tanto es así que ayer desempolvó la agenda política de su última gestión y retomó su campaña antinmigrante previa a las elecciones. El zar de los medios dijo que aplicará la ley conocida como Bossi-Fini, de 2002, que introdujo durante su segundo mandato el delito de inmigración clandestina.

Al igual que el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el Partido Popular de España, el líder conservador italiano se mostró dispuesto a cerrar las fronteras y a repatriar a los inmigrantes ilegales a sus países de origen con el argumento de disminuir la delincuencia. “Hay que devolver a los inmigrantes que viven aquí sin trabajo o vivienda, y por ello se convierten en criminales”, explicó. Asimismo, Berlusconi anunció un incremento del aparato de seguridad. “Necesitamos más policías locales que constituyan un ejército de buenos en las plazas y calles para interponerse entre los italianos y el ejército del mal”, añadió. Por último, prometió un incremento de las penas para los delitos más graves.

Luego se metió de lleno con la basura que ha tapado Nápoles y otras ciudades del sur de Italia. Con el propósito de acabar con ese problema, Berlusconi dijo que celebrará el primer consejo de ministros en Nápoles, en una muestra de apoyo a la región. Los vecinos napolitanos tuvieron que quemar los residuos durante semanas luego de que se apilaran en las calles por un conflicto laboral en el que estuvo involucrada la mafia local. “Estaré en Nápoles tres días por semana”, dijo Berlusconi.

La otra prioridad del nuevo gobierno será la aerolínea estatal Alitalia. Berlusconi se opone a su venta al grupo francoholandés Air France-KLM y dijo que no será difícil encontrar un grupo de empresarios italianos que se hagan con la compañía. “Voy a controlar la situación, haciendo todo lo necesario para que la compañía de bandera opere y permanezca al servicio del turismo y de la economía italiana”, señaló.

En su primera aparición por televisión un día después de su triunfo, Berlusconi también se comprometió a hacer todo lo necesario para combatir las penurias económicas del país, que crecerá poco más de un 1 por ciento entre este año y el próximo, según proyecciones oficiales. El futuro premier dijo que fomentará la compra de la primera vivienda, ofrecerá un premio a la productividad en la industria y otro de al menos 1000 euros (cinco mil pesos) por nacimiento, en momentos que la inflación está en su mayor nivel en años y el desempleo entre los jóvenes crece.

Contento por el batacazo en las urnas, Berlusconi defendió la polémica ley electoral que permitió reducir drásticamente los grupos políticos en el Parlamento, a sólo tres en el Senado y cuatro en la Cámara de Diputados. “Ha funcionado”, aseguró. En total, el nuevo gobierno tendrá doce ministros, cuatro de los cuales serán mujeres, explicó el líder conservador, frente a los 25 ministros del gobierno de Romano Prodi. Sin embargo, no habrá muchas novedades: el ministro de Exteriores será Franco Frattini, que ostentó ese cargo en su gabinete anterior y que hasta ahora era comisario de la Unión Europea. Umberto Bossi, de la xenófoba Liga Norte ocupará de nuevo el Ministerio de Reformas, mientras Giulio Tremonti volverá al puesto de ministro de Economía.

Escrutadas 926 secciones sobre un total de 1309 en el mundo, la Argentina, la circunscripción más numerosa de Sudamérica, esperaba los resultados finales de las elecciones italianas. Según los votos contabilizados, los comicios para diputados favorecían al Movimiento de Asociaciones de Italianos en el Exterior (MAIE), de Ricardo Merlo, con un 26 por ciento, seguido por el Pueblo de la Libertad (PdL) con un 18 por ciento, y la Unión de los Cristianos Demócratas (UDC), con 17,8 por ciento. Para el Senado, se imponía el PdL que postulaba el ex embajador argentino ante el Vaticano y menemista Esteban Casselli, con 29 por ciento, seguido por el MAIE con 24 por ciento y el Partido Demócrata, 15 por ciento.

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Berlusconi no tardó en denunciar a los inmigrantes ilegales.
 
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