Brasil quiere tener listo el Consejo Sudamericano de Seguridad para antes de fin de año. Así lo anunció el ministro de Defensa, Nelson Jobim, después de reunirse con el presidente venezolano, Hugo Chávez, en Caracas. La iniciativa sería presentada en la próxima cumbre de la Unión Sudamericana (Unasur), que se celebrará en mayo en Brasil. “En cuatro meses tenemos la posibilidad de hacer otra reunión general, y creo que el Consejo tiene condiciones de instalar el grupo a finales de año”, pronosticó Jobim. A pesar de las coincidencias entre Brasil y Venezuela, el ministro de Defensa de Luiz Inácio Lula da Silva dejó en claro que Brasilia no está buscando la creación de un ejército regional, como había propuesto Chávez el domingo en su programa Aló Presidente. “Si existe una OTAN, ¿por qué no puede existir una OTAS, una Organización del Tratado del Atlántico Sur?”, sugirió el mandatario. Ayer Jobim descartó la idea. “No hay ninguna pretensión operacional. Existe la posibilidad de integración en cuanto a cuestiones de entrenamiento y la posición de un concepto integral de defensa, pero no operacional. En esto hay un acuerdo con el presidente Chávez”, señaló el ministro. “No pretendemos expansiones territoriales, pero debemos tener armas para poder tener y proyectar una capacidad de disuasión”, agregó.

El primero en proponer un Consejo de Seguridad regional fue el presidente Lula. Aunque algunas versiones sostienen que el mandatario ya venía coqueteando con la idea hace tiempo, recién la hizo pública durante la crisis provocada por el ataque colombiano contra el campamento del número dos de las FARC, Raúl Reyes, en territorio ecuatoriano. Con Venezuela, Ecuador y Colombia al borde de la guerra, Lula instó a la región a crear una instancia para resolver estos conflictos. Esa instancia, como el Grupo Río, dejaría afuera a Estados Unidos.

Según la propuesta de Brasil, el Consejo de Seguridad serviría para centralizar la producción, capacitación y consumo en Defensa, y además funcionaría como una instancia para tratar los temas de defensa y evitar los conflictos en la región. El reglamento sería similar al del Consejo de Seguridad de la ONU, excepto que ningún país tendría poder de veto. Cada miembro tendría un voto y las resoluciones que ellos aprobaran –por mayoría– serían acatadas por toda la Unión Sudamericana.

Después de presentar la idea, Lula se reunió con la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rica. La funcionaria de George Bush apoyó la creación del Consejo de Seguridad y dejó en claro que su país estaría más que dispuesto a participar. El no de Brasilia fue rotundo. Después de esa luz verde, Jobim comenzó una gira regional para convencer a sus vecinos. Según dijo a los medios brasileños, ya tendría el apoyo del gobierno argentino. Ahora, después de conseguir el visto bueno de Caracas, viajará a Surinam, Guyana, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Paraguay.