Las fuerzas armadas ecuatorianas descubrieron un laboratorio y un campamento de las FARC con capacidad para sesenta personas. Las instalaciones, rústicas pero bien equipadas, se encontraban en territorio ecuatoriano, a sólo dos kilómetros de la frontera con Colombia. En el lugar, los soldados confiscaron grandes cantidades de precursores químicos utilizados para la producción de cocaína. Según el gobierno de Quito, el operativo no sólo demuestra el fortalecimiento de la seguridad fronteriza, sino también su determinación contra el narcotráfico y las operaciones ilegales de la guerrilla en su territorio.

Según el comandante del Batallón de Infantería de la Marina de San Lorenzo, Jaime Ortiz, el moderno laboratorio habría sido instalado aproximadamente hace dos años. La construcción es básicamente de madera y plástico y tiene dormitorios, cocina y una área de entrenamiento con capacidad para unas sesenta personas. Aunque de afuera parece una construcción rústica, al entrar los soldados se encontraron con generadores de energía eléctrica y grandes hornos de avanzada. Además, se incautaron decenas de bidones de ácido clorhídrico y otros precursores químicos y otros con combustible.

Citando fuentes castrenses no identificadas, el diario quiteño La Hora aseguró ayer que el campamento sería utilizado por la columna 29 de las FARC, uno de los bloques de la guerrilla que opera tanto de un lado como del otro de la frontera. Desde la aplicación del Plan Colombia, muchas de las plantaciones de coca y los laboratorios han emigrado al lado ecuatoriano. El ataque colombiano contra el campamento de Raúl Reyes el 1º de marzo pasado demostró esa evolución.

A partir de ese bombardeo, el gobierno ecuatoriano se fijó como meta reparar su imagen internacional, especialmente rectificando las denuncias de Colombia sobre una supuesta connivencia entre el presidente Rafael Correa y las FARC. Por eso desde el ejército recordaban que el operativo de ayer no era el primero. Desde 2004, las fuerzas ecuatorianas detectaron y destruyeron 117 bases o campamentos de las FARC en la frontera lindante con Colombia.

Anoche el comandante Ortiz prometió seguir patrullando el área. Aseguró que la densa vegetación de esa parte de la frontera y la cercanía con algunos poblados pequeños la convierte en un lugar perfecto para ocultar construcciones grandes como las que descubrieron ayer o como la que bombardeó hace un mes y medio las fuerzas colombianas.