Un detenido, ex jefe paramilitar, confesó ante la fiscalía que su organización incineró en dos hornos a unas cien de sus víctimas, para impedir las investigaciones judiciales y la ubicación de los restos.

Se trata de Iván Laverde, alias “El Iguano”, quien fue uno de los jefes del llamado Bloque Catatumbo de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que operó en una zona de la frontera con Venezuela, informó la cadena radial Caracol.

Laverde, que está preso en el departamento de Antioquía, dijo que su grupo destruyó las evidencias para dificultar futuras acciones judiciales, ante la posibilidad de que fueran encontradas las fosas comunes donde habitualmente los paramilitares sepultan a sus víctimas.

Según Laverde, el primer horno se construyó en 2001 en las afueras de la población de Villa del Rosario, en el departamento de Norte de Santander (noreste), donde fueron incinerados 28 cadáveres, mientras que en 2003 se construyó otro horno en la misma zona, donde se incineraron más de 70 cuerpos.

En septiembre del año pasado se conoció que El Iguano confesó ante la fiscalía el asesinato de unas 2000 personas por parte del Bloque Catatumbo, uno de los más sanguinarios de las Autodefensas.

Cerca de 32.000 miembros de las AUC se desmovilizaron entre 2003 y 2006 en el marco de un proceso de negociaciones con el gobierno colombiano, que pidió al Congreso la aprobación de una ley que les garantizara a los paramilitares penas inferiores a ocho años de cárcel.