La guerra en Medio Oriente entró en una pausa, una más en una historia plagada de crisis. Casualmente esta tregua lo dejó asumir en paz a Barack Obama. El gran interrogante que surge es si el flamante presidente de Estados Unidos tendrá una actitud decidida de involucrarse en los temas profundos del conflicto y dejará a un lado la absoluta parcialidad de su predecesor con su aliado israelí. También está por verse si los europeos podrán tener una postura menos tibia. En este último enfrentamiento sólo dieron muestras de buenas intenciones, por ejemplo, al reunirse en Egipto con los líderes árabes para evaluar la situación. La comunidad internacional representada en la ONU recién adoptó una resolución llamando al cese del fuego después de 13 días en los que una población se desangró. Según analistas consultados por Página/12, el nuevo gobierno norteamericano se verá presionado a intervenir más en el polvorín de Medio Oriente y tendrá la posibilidad de lanzar una nueva iniciativa de paz junto a Europa, que incluya a los países árabes.

Para Arie Kacowicz, experto israelí en Relaciones Internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalén, la crisis que tiene lugar como consecuencia de la guerra entre Israel y Hamas puede abrir un resquicio para la nueva administración Obama. “Se abre una oportunidad de lanzar desde el principio una iniciativa de paz general y regional que incluya también a Siria, como dijo Obama, a los huéspedes de Mubarak en la cumbre del domingo pasado: los europeos, la Autoridad Palestina e Israel. Los resultados de la guerra, que en cierta forma recuerdan el fin de la guerra de Yom Kippur –Hamas recibió un golpe, pero sigue en pie—, podrían crear el marco de una iniciativa política, formulada en conjunto por Estados Unidos y Europa.”

Alberto Spektorowsky, profesor de la Universidad de Tel Aviv y ex asesor del ex canciller Shlomo Ben Ami afirma que al mandatario norteamericano no le queda más remedio que intervenir con fuerza en la región. “Obama tiene un cierto margen de acción, incluso a pesar de que también él depende del bloque pro-sionista en el Senado. Va a comenzar por afianzar el cese de fuego, obligar a Israel a levantar los asentamientos en Cisjordania declarados ilegales por Israel. Después va a hacer sondeos con Irán y ofrecerle a Hamas un reconocimiento a cambio de que reconozca a Tel Aviv. Haciendo la mitad de lo que digo, ya está dando una vuelta de tuerca importante en la política de Medio Oriente.”

Según Mitchell Rice, profesor en Ciencia Política de la Universidad de Texas, la administración de Obama seguirá apoyando a lsrael y a la vez tendrá un rol más activo en las negociaciones. “El nuevo gobierno intentará comprometer no solamente a Gaza, sino también a las naciones árabes de Medio Oriente en un proceso de paz. A la vez presionará a Israel para que llegue a algún tipo de acuerdo.”

Ante las oportunidades que vislumbran los expertos, se les pregunta cuánta posibilidad tiene Obama de ser exitoso. “Habrá mucha más continuidad en la política exterior de EE.UU. en Medio Oriente de lo que uno piensa”, dice Kacowicz. Pero esa continuidad no impedirá que avance un proceso de paz, agregó.

Spektorowsky es más escéptico. “Probablemente fracase como todos los intentos anteriores. Negociar en esta zona es negociar con fenicios, expertos en el arte de la negociación.”

Rice endulza un poco la respuesta. “Realmente creo posible que se logre un proceso de paz a través de un rol activo y fuerte de Estados Unidos en el que estén incluidos todos los partidos políticos.”

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