EL MUNDO › CONFIRMARON QUE LOS REHENES MURIERON POR EL GAS LANZADO DENTRO DEL TEATRO

Lo que Putin quiso (pero no pudo) ocultar

El asalto al teatro secuestrado por terroristas chechenos evitó lo que podría haber sido una gran masacre, pero la versión oficial de los hechos no coincide con lo que ocurrió. De los rehenes vivos, 150 están en terapia intensiva y 45 están “muy graves”.

Por Jonathan Steele, Nick Paton Walsh y Lucy Ward*
Desde Moscú y Londres

El esfuerzo del presidente ruso Vladimir Putin por rescatar a los rehenes del teatro de Moscú puede pasar de ser un triunfo militar a un desastre político, ya que las autoridades tuvieron que admitir de mala gana que la mayoría de las personas que murieron en la operación fueron asesinadas por las propias fuerzas especiales rusas. El uso de un gas potente y misterioso causó sus muertes y la de los 50 terroristas chechenos. Mientras cientos de familiares de los heridos, desesperados se agolpaban frente a los hospitales por segundo día rogando por noticias sobre si sus seres queridos estaban vivos o muertos, los programas nocturnos de noticias, en canales generalmente pro-Kremlin, se vieron forzados a cubrir las escenas de angustia y confusión.
Según las autoridades sanitarias de Moscú, sólo dos de los 117 rehenes muertos hasta ahora, murieron por disparos. De los 646 rehenes liberados que ahora están hospitalizados, 150 están en terapia intensiva y 45 están “muy graves”, según el jefe del Comité de Salud moscovita, Andrei Seltsovsky. Dos mujeres aún no recuperaron el conocimiento. En un primer momento, las autoridades rechazaron decirles a los doctores de qué gas se trataba, generando quejas sobre el hecho de que sólo sabiendo el tipo de gas se podía administrar el tipo de antídoto.
En Londres, donde Tony Blair fue uno de los primeros líderes occidentales en felicitar a Putin el sábado por el éxito de la operación, el embajador ruso Grigory Karasin declaró que las autoridades no quieren dar información que sirva para futuras acciones terroristas. Para evitar criticar la decisión de Moscú de no dar más detalles sobre el gas, una fuente de Downing Street declaró: “Las autoridades rusas están enfrentando una situación muy difícil. Tienen que manejar esta situación con cautela. No vamos a decirles nosotros cómo tienen que actuar”.
Anoche se dieron mayores detalles de los últimos momentos del secuestro del teatro, a pesar de la gran cantidad de información falsa dada inicialmente por los funcionarios. El productor principal del teatro, George Vasyliev, que fue el principal nexo entre los chechenos y las autoridades, dio a este diario una versión de los hechos que difiere sustancialmente de la que fuera otorgada oficialmente. Los funcionarios habían dicho que el gas comenzó a ser infiltrado en el edificio a las cinco y media de la mañana del sábado porque los chechenos habían comenzado a ejecutar a los rehenes, con lo que no había otra alternativa que entrar al lugar. Pero Vasyliev, cuyo relato coincide con varios de los que estaban allí, dijo que los dos rehenes en cuestión habían sido asesinados a las tres de la mañana.
Además, declaró Vasyliev, no se trató de una ejecución planificada a sangre fría, con calendarios estrictos, sino que fue el resultado del pánico entre algunos de los rehenes, que llevó a un joven a gritar y saltar sobre su silla. En respuesta a la situación, los chechenos trataron de matarlo, pero apuntaron mal y asesinaron a las dos personas que estaban a su lado. Después de ese episodio, hubo un largo período de relativa calma hasta las seis de la mañana.
Vasyliev también reveló que la unidad contraterrorista del Servicio de Seguridad Federal (FSB, ex KGB), conocida como Alfa, tuvo la oportunidad de gasear sólo a los líderes de sexo masculino de los chechenos cuando se encontraban en uno de los lados del edificio. El FSB había desplegado dispositivos de escucha en el techo y se había dado cuenta de que las mujeres –que tenían la mayoría de los explosivos del comando en sus cuerpos– no podían actuar sino por el mando de los hombres. El principal asalto al lugar llegó 15 minutos después.
El relato de Vasyliev deja a las autoridades rusas expuestas a cargos de encubrimiento de información. Los funcionarios trataron de justificar el uso del gas como un recurso último ante la perspectiva de una ejecución de los rehenes. También confirma las sospechas de que tanto las mujereschechenas como su líder, Arbi Barayev, fueron ejecutados por los rusos cuando estaban inconscientes. La única resistencia vino de los 20 hombres armados que custodiaban los pasillos del teatro, quienes dispararon a las fuerzas rusas no bien entraron al edificio. Las autoridades habían dicho que tres de esas personas habían sido detenidas, y el resto muertas.
Era muy temprano ayer para saber hasta dónde el apoyo de la opinión pública a la decisión de Putin de no negociar con los chechenos sino de usar la fuerza pudo haberse erosionado con estos descubrimientos. Hay poca simpatía en Rusia por la causa chechena. Pero muchos moscovitas se están preguntando cómo hicieron los secuestradores para tener tantas armas en la ciudad y cómo entraron 50 personas, en perfecto uniforme, a un edificio atestado de gente. Algunos sospechan que algunos policías o incluso oficiales del ejército pudieron haber sido sobornados para “dejar hacer” a los chechenos. Los moscovitas también se preguntan si se puede repetir un acto semejante de terrorismo.
El presidente Putin había pedido perdón el sábado a la noche a los familiares de los rehenes fallecidos, pero el tono de su declaración sugería que nadie podía esperar que una operación tan riesgosa terminara sin víctimas. Pero ni él ni los familiares de las víctimas podían esperar que los muertos fueran un quinto del total de personas en el lugar. Putin declaró hoy día nacional de duelo.
El presidente fugitivo de Chechenia, Aslan Masjadov, condenó la toma del teatro, diciendo que rechaza “al terror como método para alcanzar un objetivo, cualquiera que fuere”. Un consejero de Masjadov dijo que esta situación obliga a Moscú a decidirse entre dialogar con estos terroristas o con el presidente electo en 1997 de esta república del norte del Cáucaso. Y advirtió que puede haber muchos más atentados como éstos.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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Unos chicos dejan flores en el frente del teatro donde fueron secuestradas más de 800 personas.
Uno de los rehenes contó que no hubo ninguna ejecución dentro del teatro, como se dice oficialmente.
 
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