EL PAíS › EN GOBIERNO TEMEN QUE LA JUSTICIA ANULE EL CONGRESO DEL PJ
Con el fantasma de Servini de Cubría
Eduardo Duhalde había organizado la cumbre partidaria para fijar la fecha de la interna. Pero ante la posibilidad de un revés judicial, el Presidente ahora busca acelerar un acuerdo con Kirchner y De la Sota para fortalecerse ante el menemismo.
Por Martín Piqué
El primer golpe fue el viernes pasado, cuando la jueza María Servini de Cubría suspendió la convocatoria al congreso extraordinario del PJ. El duhaldismo apenas se pudo recomponer del golpe, y ratificó la convocatoria con la excusa de que el congreso sería la continuación del que se había hecho el 10 de diciembre pasado, en Lanús. El Gobierno creía que había superado el trance: envió los telegramas a los congresales, y ya pensaba en las medidas que dispondría en la reunión: para empezar, organizar una nueva junta electoral, libre del dominio menemista. Pero, ayer, la preocupación volvió a recorrer los pasillos de Olivos. “Hay posibilidades de que declaren nulo el congreso”, anticipó a Página/12 un secretario de Estado muy cercano al Presidente. Con esa frase, el funcionario admitió que es posible que Servini suspenda el encuentro partidario, a instancias de uno de los apoderados de Carlos Menem.
Ayer, mientras llegaban los datos de Brasil, con la aplastante victoria de Luiz Inácio Lula da Silva, en la quinta presidencial no tenían tantos motivos para festejar. Para los duhaldistas, la noticia quedó opacada por “información no oficial” que había llegado de fuentes judiciales: el encuentro del congreso del PJ sería declarado nulo por la Justicia, a instancias de un reclamo del apoderado menemista, Luis Giacosa.
Previendo esa posibilidad, los duhaldistas convocaron a una reunión de urgencia para debatir qué hacer: se hará hoy a las 9 de la mañana, en el despacho del secretario general de la Presidencia, José Pampuro. Asistirán el ministro del Interior Jorge Matzkin, el secretario privado Juan Carlos “Chueco” Mazzón, los diputados Eduardo Camaño y José María Díaz Bancalari, el apoderado de Néstor Kirchner, Alberto Fernández, y los delegados del cordobés José Manuel de la Sota.
La reunión revela la sucesión de obstáculos judiciales que viene sufriendo el duhaldismo. A la suspensión de la convocatoria que Servini decretó el jueves pasado, se sumaría ahora, directamente, la declaración de nulidad del encuentro. Ante una consulta de este diario, en el entorno de Duhalde reconocieron que la eventual decisión de la Justicia sería producto de “errores propios”. “Vamos a tener que convocar a otro congreso ordinario, pero de manera diferente de como se hizo”, confió a Página/12 un funcionario cuyo despacho está muy cercano al del Presidente.
Según el funcionario, el error fue que no se precisó la fecha en que se reanudarían las sesiones del congreso del PJ que tuvo lugar en Lanús. “Al cuarto intermedio hay que ponerle fecha cierta”, explicó el miembro del gabinete. Los duhaldistas admitían que ese descuido podría justificar la nulidad. Los menemistas, en tanto, fundamentaron su reclamo en que no quedaban “autoridades partidarias para llamar a un congreso”. Se referían, así, a la virtual acefalía que se produjo tras las renuncias de Duhalde y Carlos Reutemann a la presidencia del máximo órgano del PJ.
Pero el duhaldismo, además de reconocer los errores, no quiere perder la iniciativa. Y analiza dos alternativas para ejecutar ante el nuevo escenario que plantearía un nuevo revés judicial. La primera opción es volver a convocar al congreso del PJ, aunque con otra fecha y cumpliendo con todos los requisitos legales. “Tenemos que ser cuidadosos porque la jueza (por Servini) no tiene buena predisposición”, admitían anoche en el riñón del oficialismo. “Si hay una sorpresa, se buscarán todos los requisitos para hacerlo en la fecha más rápida”, coincidía un dirigente del PJ bonaerense en diálogo con Página/12.
La otra alternativa implica, directamente, una escisión del PJ similar a la que vivió el peronismo en el año 1985, cuando Antonio Cafiero encabezó una ruptura –lo que fue la renovación– para competir con la ortodoxia que por entonces controlaba el partido. La propuesta consiste en “autoconvocarnos y generar un congreso separado de la conducción del PJ”, como reconoció a este diario el funcionario del gabinete.
Obviamente, todo lo que suene a ruptura genera inquietud, y varios dirigentes del PJ –tanto duhaldistas como menemistas– quieren evitar quese llegue a este punto. Uno de ellos es el senador entrerriano Jorge Busti, que también es vicepresidente del congreso del PJ.
Para apaciguar los ánimos, ayer envió dos cartas: una al órgano que controla el menemismo, el Consejo, y otra al congreso convocado por el duhaldismo. En las misivas, Busti pidió que se permita inscribir las candidaturas que faltan (se supone que Kirchner y De la Sota), que se conforme una nueva junta electoral con representantes de todos los candidatos y que se posponga la interna para el 22 de diciembre.
Habrá que ver si el Consejo del PJ –que se reunirá hoy–, a cargo del pampeano Rubén Marín, acepta las condiciones solicitadas por Busti. Por lo pronto, ayer el senador Eduardo Menem negó que el PJ pueda fracturarse y dijo que existe “buena voluntad” para llegar a un acuerdo. Del otro lado, el dilema más grave del duhaldismo sigue siendo el mismo. “No tenemos candidato”, se lamentaba anoche un integrante del Gobierno. Esa misma fuente reconoció a este diario que el tema “lo está manejando el Presidente en forma directa”. Aunque todavía sueña con el binomio Kirchner-De la Sota, Duhalde sabe que no queda mucho tiempo. Y por eso bendeciría, en los próximos días, una fórmula integrada por Kirchner y un bonaerense.