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Hoy se define la pelea interna en el centroizquierdista Frente Amplio de Uruguay. José “Pepe” Mujica, 74, el ex guerrillero tupamaro, el ex ministro de Ganadería y Agricultura del gobierno de Tabaré Vázquez, el candidato de los pobres –como a él le gusta definirse–, llega favorito a esta elección, un primer test de cara a los comicios presidenciales del 25 de octubre.

A horas del voto, al teléfono desde Montevideo, Mujica contesta con tono pausado las preguntas de Página/12. Entre respuestas se le escucha tomar mate.

–¿Qué tipo de votante elige su candidatura?

–Yo sé que es un poco enredado, porque tengo votantes de todos lados. Pero es cierto que hay una mayoría de los sectores más humildes en general y de trabajadores corrientes.

–Usted dijo que si asumiera como presidente, se inspiraría en el modelo de administración que aplica Lula da Silva en Brasil. ¿Por qué?

–Sí. Guardando las distancias de lo propio de cada país, creo que el modelo de Lula juega a la estabilidad y a asegurar la continuidad del proceso económico con un mantenimiento previsible. Además, genera recursos frente a la demanda social e incorpora a tanta gente pospuesta. Lula logró que una cantid grande de gente subiera un escalón. Aunque Uruguay es históricamente un país más equitativo, de todas formas sentimos esa plaga contemporánea que es el crecimiento imparable de la indigencia y de la pobreza.

–¿Cuál cree que debe ser el rol del Estado?

–El Estado no debe cometer el error de frenar la economía, pero a la vez debe garantizar que las relaciones laborales sean equitativas, que se obligue a cumplir las normas, que haya políticas sociales y no se caiga en el clientelismo. Es una política que debe mantenerse firme, porque fíjese que el problema de la pobreza cuesta por otras vías. Es un equilibrio difícil entre regular y no frenar la economía.

–¿Qué grandes diferencias lo distancian de Astori?

–No tenemos grandes diferencias. Es una cuestión de dónde ponemos el acento. Yo apunto a la inversión en el mercado interno, en la microeconomía, en las cuestiones sectoriales, en la preocupación por la economía agropecuaria. El campo tiene que funcionar a todo trapo, porque es de ese sector de donde provienen las divisas.

–¿Qué opina del uso las retenciones como instrumento económico?

–Yo fui ministro de Ganadería y no manejé la posibilidad de cobrar retenciones. Logramos una gran expansión de la agricultura y producimos más carne que antes. Somos buenos productores de arroz, un mercado en el que incluso competimos con Estados Unidos...

–¿Le preocupa la expansión de la soja?

–No, en tanto Uruguay se agriculturizó. La soja, en ciertos límites, logró una expansión considerable y no fue en detrimento de la ganadería. Ahora plantamos el doble de trigo, que está en rotación con la soja. No dejamos de ser ganaderos porque aumentó el rendimiento de los animales, dado que se alimentaron mejor. Es una cadena productiva. Si logramos refinar la soja, entonces mejoraremos la economía.

–¿Cómo imagina las relaciones con Argentina si el Fernte Amplio consigue un segundo mandato?

–Yo, particularmente, tuve dolores de cabeza. Soy amigo de todos los argentinos. Duhalde estuvo en casa. Siempre me relaciono con algún argentino. Procuro mantener buenas relaciones con los Kirchner. Porque si a la Argentina le va mal, a nosotros también. Además, necesitamos del turismo.

–Esta semana se vio con el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández. ¿De qué hablaron?

–Estuvimos hablando de la situación de Argentina. La realidad de ustedes es difícil de entender, ¿no? Es un país tan notable, que tiene un síndrome de grandeza. Compartimos defectos.

–¿Cuáles?

–La nostalgia, que siempre andamos apurados y dejamos todo para lo último.

–Tras las internas y si se confirman las encuestas que lo dan ganador, ¿cómo hará para seducir a los votantes frenteamplistas que prefirieron darle su voto a Astori?

–Seguramente vamos a empezar por discutir la fórmula después de las elecciones. Astori es una pieza fundamental en la campaña presidencial. El es un compañero brillante.

–Pero hasta ahora no confirmó que está dispuesto a acompañarlo como vicepresidente.

–Astori ya va a dar el paso. Tengo mucha confianza de que andaremos juntos.

–¿Qué tiene para ofrecer el Frente Amplio en un segundo mandato?

–Darles continuidad a las políticas emprendidas. En el último congreso del FA se estableció un compromiso para que el próximo gobierno disminuya la pobreza a la mitad. Debemos solucionar los problemas de la energía, porque tenemos problemas de autoabastecimiento y reflotar el ferrocarril, porque lo necesitamos para transportar la madera. Tenemos que llevar la enseñanza terciaria al interior. Nos adaptamos a los cambios profundos de la sociedad: hoy día cada gurí de Uruguay tiene una PC. Vamos a llegar a ser un país digitalizado. Hay que reafirmar los cambios realizados en Salud, en la reforma impositiva, tal vez podamos bajar el IVA, en la medida de que tengamos espacio fiscal (es un objetivo que ya se planteó). Como ve, tareas sobran.

–¿Está a favor de profundizar el Mercosur?

–Somos partidarios de luchar por la integración, pero ésta va más allá de los mercados. Me parece que hay que discutir problemas complementarios, por ejemplo, ¿cómo puede ser que un médico argentino no pueda trabajar indistintamente en uno u otro país?, ¿la anatomía no es la misma? Es muy importante la integración de la inteligencia.

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