Jueves, 20 de agosto de 2009 | Hoy
EL MUNDO › ANTE EL TEMOR A LOS ATAQUES INSURGENTES SE PREVé UNA BAJA PARTICIPACIóN EN LOS COMICIOS PRESIDENCIALES
Después de ocho años de guerra, la elección en la que Hamid Karzai aspira a un segundo mandato podría redefinir la misión militar de la OTAN en Kabul. Los talibán ya demostraron que siguen en control de gran parte del territorio.
Por Kim Sengupta y Jerome Starkey *
Desde Helmand
Afganistán vota hoy inmerso en el temor de que la baja participación, producto de la violencia e intimidación de los talibán, distorsione el resultado. Después de ocho años de guerra, la decisiva elección presidencial podría redefinir la misión militar de la OTAN allí, aunque los talibán ya demostraron que siguen en control de gran parte del territorio nacional. Muchos de los votantes del cinturón sur de Pashtun, quienes se esperan inclinen la balanza en esta cerrada carrera presidencial, podrían no ir a votar por miedo a las amenazas de los talibán.
Los insurgentes islamistas bloquearon ayer las rutas y los caminos que comunican a Lashkar Gah, la capital de la provincia de Helmand, con el resto del país. Prometieron boicotear los comicios y ayer empezaron a demostrar su fuerza en su principal bastión. A pesar de la masiva operación militar británica, al caer la noche el tráfico que entraba y salía de la región era apenas el 20 por ciento; la mayoría de los afganos optaron por quedarse dentro de sus casas.
Los que sí lograron entrar a Lashkar Gah desde el sur tenían permisos especiales, firmados por los comandos insurgentes. “Los talibán nos dijeron a todos, a todos las personas y a cada auto: ‘Está prohibido salir de Marja’”, contó Rahmatullah, de 43 años. “Si van a Lashkar Gah van a votar en las elecciones. No se los permitiremos”, agregó.
Mientras tanto en Kabul, la capital afgana, los ataques continuaron ayer, después del sangriento atentado suicida frente al comando central de la OTAN del martes. Ayer tres militantes talibán armados irrumpieron en un banco y empezaron un tiroteo con los policías allí presentes. Después del enfrentamiento, un vocero del grupo insurgente anunció que veinte atacantes suicidas habían logrado infiltrarse en la capital y planeaban inmolarse hoy, durante los comicios.
La constante intimidación talibán no es una buena noticia para el presidente Hamid Karzai, especialmente en el sur del país. El mandatario espera contar con los votos de la etnia Pashtun para ganar la reelección. Según los últimos sondeos de opinión, Karzai tendría asegurado un 45 por ciento de los votos. Por eso necesitaría al electorado Pashtun para llegar al 50 por ciento que necesita para ganar. Si no lo consigue tendrá que enfrentar una segunda vuelta, en donde sus chances de ganar son aún más limitadas.
El gobernador de Helmand, Gulal Mangal, tiene la esperanza de que al menos 75 por ciento de los 800 mil habitantes de la provincia votarán. Pero lejos de los micrófonos, sus asesores son más realistas. “Tendremos suerte si conseguimos 200 mil votos”, dijo uno de los principales miembros de su equipo, quien pidió no dar su nombre por razones de seguridad.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo un llamado ayer a los afganos para que todos los que quieran participar de los comicios hoy puedan hacerlo. Sin embargo, la prueba más contundente de que eso será imposible es que la principal misión de observadores que velará por la elección anunció que no irá a Nad-e-Ali, el área más poblada de Helmand y también la más peligrosa.
Habibullah Khan, la autoridad del distrito Nad-e-Ali, admitió que la mayoría de la gente del distrito no irá a votar. “Tienen miedo. Los talibán les dicen que les van a cortar las cabezas o sus manos si votan, y la gente obviamente no quería tomar ese riesgo”, explicó, sentando en su oficina, frente a una ametralladora y un lanzagranadas.
“Los talibán vienen advirtiendo a la gente para que no viaje, no vayan a trabajar o abra sus negocios el día de la elección. Minaron los caminos, amenazaron a los vecinos y desafortunadamente creo que el temor va a pesar más”, agregó el funcionario.
La comisión electoral independiente de Afganistán planeó en un primer momento instalar 222 centros de votación en el país; sin embargo, finalmente sólo pudieron abrir 107. Los talibán ya advirtieron con una cadena de atentados suicidas cuando los centros estén llenos de personas, esperando para votar.
El otro temor que tiñe la víspera de los comicios es el fantasma del fraude electoral. Durante las últimas semanas sobrevolaron los rumores sobre padrones falsos, boletas vendidas por adelantado en bares y líderes tribales que sobornaron a sus comunidades para votar en bloque. Abdulá Abdulá, el principal rival electoral de Karzai, ya adelantó que si hay alguna evidencia que haga sospechar la existencia de un fraude, él mismo liderará una movilización popular al estilo iraní. “Pero sepan que aquí provocará algo mucho más serio”, advirtió el candidato opositor.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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