Jueves, 27 de agosto de 2009 | Hoy
EL MUNDO › VERONICA LARIO CUENTA LAS MENTIRAS E INFIDELIDADES DE BERLUSCONI
Ayer apareció la última edición de la biografía de la ex esposa del premier italiano donde relata cómo se dio cuenta de que Il Cavaliere salía con una joven de 18 años, cómo coqueteó con una ministra y por qué decidió divorciarse.
La ex esposa de Silvio Berlusconi esperó casi medio año. Dejó que las aventuras del primer ministro italiano con jóvenes modelos y prostitutas de lujo desaparecieran de los diarios y las revistas, y justo cuando los italianos parecían haberse olvidado de las fiestas y las noches inacabables en las casonas del Cavaliere, Veronica Lario dio la última estocada. “No puedo ser la niñera ni tampoco puedo evitar que haga el ridículo ante todo el mundo”, aseguró la ex actriz, en la nueva edición que salió ayer de su biografía Tendenza Veronica (La tendencia de Verónica). El libro había sido publicado hace cinco años y explicaba, en palabras de Lario, por qué ella y su entonces marido se complementaban como ninguna otra pareja en el mundo político. El tiempo la obligó a cambiar algunos capítulos y, especialmente, el final.
Uno de los capítulos nuevos más jugosos es el relato de cómo tomó la decisión de divorciarse en mayo pasado. Un mes antes su marido se había despedido de ella, como lo había hecho miles de veces, para irse en un viaje de trabajo. “Sabes, debo partir hacia Nápoles, tengo una cumbre importante sobre el problema de la basura... ésa fue la enésima mentira”, recordó en una entrevista con la periodista Maria Latella, autora de la biografía de la ex primera dama, de 53 años.
Según se enteró por los medios unos días después, su marido no había viajado de urgencia para ocuparse de la huelga de recolectores de basura que tenía patas para arriba a la ciudad. Il Cavaliere se había ido unos días a Nápoles para cantarle el feliz cumpleaños a Noemi Letizia, cuando la joven de piernas largas y cara angelical soplara sus 18 velitas.
El primer ministro italiano siempre negó el noviazgo y los medios llegaron a insinuar que la joven podría ser su hija. Pero Lario confió en su sexto sentido y ni le preguntó a su marido. Después de todo, recordó, el magnate de los medios italianos no se esforzó en estar presente cuando sus tres hijos cumplieron 18 años.
“Consideré que era mejor conservar el último vestigio de respeto por mí misma que me quedaba, era mejor divorciarse. No sé de dónde me vino esa convicción, esa fuerza. En cualquier caso fue él quien me puso en esta situación”, aseguró Lario en el libro.
Lario conocía bien la personalidad insaciable de su ex marido. Lo conoció en 1980 cuando ella era una actriz sin demasiado vuelo, pero con una figura que se imponía en el escenario e hipnotizaba al público. Cuando Berlusconi la conoció estaba casado con hijos pero, según ella misma recordó con cariño en la primera edición de su biografía, se comportó como si fuera soltero.
Diez años después, y previo divorcio, se casaron. “Creo ser la mujer perfecta para Silvio, dado el tipo de hombre que es él. Ha podido concentrarse en sí mismo y en su trabajo, teniendo una mujer que no le echó en cara su ausencia de la familia, que no le creó problemas y que no declaró nunca la guerra. A condición de que no se le den problemas, siempre regresa a su familia, de la misma manera que Ulises regresa a Itaca: con deseo y nostalgia”, se había congratulado Lario en 2004.
Cinco años después, la ex actriz sintió la necesidad de corregir ese final y contar otra historia. Habló de los rumores sobre las aventuras de su marido y la gota que amenazó con rebalsar el vaso hace dos años. Los diarios de todo el mundo mostraron a un sonriente, casi adolescente Berlusconi, coqueteando con su ministra de Igualdad de Oportunidades, Mara Carfagna. “Si no estuviera casado, me casaría contigo”, le había dicho el mandatario italiano.
Por primera vez Lario rompió el silencio que se había autoimpuesto y le puso los puntos a su marido en una carta abierta, publicada en los principales medios italianos. “Me pregunté muchas veces en estos dos años, cuánto tiempo necesitaría Silvio para olvidar la promesa que me había hecho, la de no poner en situaciones difíciles a mí y a su familia. Francamente, no creía que lo olvidase tan rápidamente”, señaló, reescribiendo el final de su historia de amor con Il Cavaliere.
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