EL MUNDO
“El proyecto alternativo de Lula va a contagiar a América latina”
Tarso Genro es uno de los dirigentes más importantes del PT brasileño. Aquí habla de lo que hará Lula, de la novedosa forma de gobierno que encabeza como alcalde de Porto Alegre, la capital de Rio Grande do Sul, y de las causas de la derrota en este estado.
Por Ana Carbajosa *
Desde Madrid
Tarso Genro (1947) es el alcalde de Porto Alegre, la ciudad brasileña que ha inventado el presupuesto participativo, por el que los ciudadanos deciden dónde y cómo se gasta el dinero municipal, una idea que se ha convertido en una de las banderas de la izquierda mundial. Es miembro de la dirección del Partido de los Trabajadores (PT), con cuyo líder, Luiz Inácio “Lula” da Silva, ha trabajado codo con codo durante la campaña electoral que culminó con una abrumadora victoria de los petistas, que desde enero tendrán en Lula al nuevo presidente de Brasil. Genro, que reivindica “el control del Estado por la sociedad civil” y se propone llevar a cabo “la modernización democrática de Brasil”, participó la semana pasada en Madrid en el foro “Las nuevas formas de la política”, organizado por la Fundación Pablo Iglesias.
–¿Por qué el gobierno de Porto Alegre se convirtió en un modelo para la izquierda?
–Porque hemos construido un espacio público, que definimos como espacio público y no estatal, donde la sociedad civil (asociaciones, individuos, etc.) entran en este espacio para negociar, decidir y votar las inversiones de las 16 regiones de la ciudad. Es un espacio de tensión política no regulada. Se equivocan los que piensan que es un ámbito tranquilo. El presupuesto participativo no es una finalidad sino la condición para que las personas ejerzan su ciudadanía.
–¿Este modelo es extrapolable a otras ciudades de América latina?
–La construcción de este espacio puede ser universal; se puede exportar. Pero la metodología debe ser adecuada a la cultura política de cada ciudad. Es seguro que hay un déficit de modernidad democrática en el continente sudamericano, y nosotros proponemos en este sentido la recuperación de la política para las personas normales. Que las personas dejen de tener la condición de individuos aislados para tener un discurso público.
–En su país, ¿hasta qué punto esta política municipal puede influir en el ámbito nacional, dominado por las condiciones macroeconómicas globales?
–El modelo de Porto Alegre va a cambiar porque las inversiones fundamentales que hay que hacer, por ejemplo en materia de sanidad pública, están limitadas por los recursos nacionales, que son pocos. Por eso, esta política tiene que trascender al Estado, y eso va ser posible gracias a nuestro nuevo presidente, Lula.
–¿Qué cambios va a traer Lula al país y al continente latinoamericano?
–Ahora comenzamos un proceso nuevo en el país que va a ser una transición del modelo económico neoliberal a un proyecto alternativo y que va a contagiar a todo el continente. Lula me dijo: “No tenemos derecho a errar, porque tendría un reflejo político y estructural en Latinoamérica”. El pueblo latinoamericano se convencerá de que puede elegir su futuro, elegir gobiernos que planteen un modelo de desarrollo nacional y no de sumisión a Estados Unidos. Vamos a profundizar la ciudadanía y su participación política, y también vamos a profundizar las relaciones con la Unión Europea, con Rusia y con otros países que estén fuera de la órbita de Estados Unidos.
–Y en el plano económico, ¿cuáles son los planes?
–En mi país hay una fuerte intervención del Banco Central en favor de los intereses del capital financiero. Nosotros vamos a trabajar para lograr un desarrollo industrial. No estamos hablando de nacionalizar empresas, y tampoco de romper los compromisos internacionales adquiridos.
–Porto Alegre y su gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) triunfan internacionalmente. Sin embargo, su partido ha perdido el control del estado, Rio Grande do Sul, un bastión histórico del PT. ¿No resulta una contradicción?
–Hemos perdido porque hemos acudido a las elecciones la izquierda pura, no hemos logrado alianzas fuera de nuestro ámbito. Nuestro adversario, sin embargo, acudió de la mano con la izquierda y la centroizquierda.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.